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Objectives: The most appropriate targets for systolic blood pressure (SBP) levels to reduce cardiovascular morbidity and mortality in patients with symptomatic artery disease remain controversial. We compared the rate of subsequent ischemic events or death according to mean SBP levels during follow-up. Design: Prospective cohort study. FRENA is an ongoing registry of stable outpatients with symptomatic coronary (CAD), cerebrovascular (CVD) or peripheral artery disease (PAD). Setting: 24 Spanish hospitals. Participants: 4789 stable outpatients with vascular disease. Results: As of June 2017, 4789 patients had been enrolled in different Spanish centres. Of these, 1722 (36%) had CAD, 1383 (29%) CVD and 1684 (35%) PAD. Over a mean follow-up of 18 months, 136 patients suffered subsequent myocardial infarction, 125 had ischemic stroke, 74 underwent limb amputation, and 260 died. On multivariable analysis, CVD patients with mean SBP levels 130–140 mm Hg had a lower risk of mortality than those with levels &lt, 130 mm Hg (hazard ratio (HR): 0.39, 95% CI: 0.20–0.77), as did those with levels &gt, 140 mm Hg (HR: 0.46, 95% CI: 0.26–0.84). PAD patients with mean SBP levels &gt, 140 mm Hg had a lower risk for subsequent ischemic events (HR: 0.57, 95% CI: 0.39–0.83) and those with levels 130–140 mm Hg (HR: 0.47, 95% CI: 0.29–0.78) or &gt, 140 mm Hg (HR: 0.32, 95% CI: 0.21–0.50) had a lower risk of mortality. We found no differences in patients with CAD. Conclusions: In this real-world cohort of symptomatic arterial disease patients, most of whom are not eligible for clinical trials, the risk of subsequent events and death varies according to the levels of SBP and the location of previous events. Especially among patients with large artery atherosclerosis, PAD or CVD, SBP &lt, 130 mm Hg may result in increased mortality. Due to potential factors in this issue, Prospective, well designed studies are warranted to confirm these observational data.

Resumen basado en el de la publicación El consumo de tabaco sigue siendo un problema de salud a nivel mundial al que se suman dos problemas emergentes, los cigarrillos electrónicos y la cachimba. Con objeto de luchar contra el tabaquismo la OMS estableció un plan integrado por un conjunto de medidas dirigidas a evitar que los jóvenes iniciaran el consumo, ayudar a los fumandores a cesar el consumo y proteger a los no fumadores del efecto de la exposición al humo de segunda mano. Se aboga por que estas políticas se complementen con el desarrollo de medidas de prevención primaria dirigidas a la población en riesgo, lo que supondría concentrar los esfuerzos en los colectivos más susceptibles, adolescentes y jóvenes que no han probado un cigarrillo. La investigación tiene como objetivo principal analizar los factores sociodemográficos, ambientales e intrapersonales que se asocian a este colectivo. Se llevó a cabo un estudio transversal en estudiantes de 2º a 4º de Educación Secundaria Obligatoria. Se incluyeron 488 alumnos, su mediana de edad fue 15 años y el 47% fueron chicos. De los participantes, 77 eran fumadores de cigarrillos, 36 de cigarrillos electrónicos y 56 de cachimba. Los análisis multivariantes mostraron que ser mujer, con una mayor edad, consumir drogas, alcohol y cigarrillos electrónicos, tener amigos fumadores y actuar con falta de premeditación y con el afecto positivo se asoció con la condición de fumador. Entre los 226 participantes que no habían probado el tabaco, 110 indicaron ser susceptibles o altamente susceptibles. Los análisis multivariantes mostraron que una percepción alta de riesgo para la salud respecto del consumo y los factores intrapersonales urgencia y falta de premeditación se asociaron con la condición susceptible. Por otro lado, estar expuesto al consumo en el domicilio, consumir alcohol, tener amigos fumadores y actuar con urgencia y la falta de perseverancia se asociaron con la condición altamente susceptible. Se concluye que el consumo de alcohol, junto con factores del entorno y de la personalidad se asociaron con un nivel alto de susceptibilidad al tabaco. La identificación de estos factores puede suponer un nuevo enfoque preventivo pues permitiría elaborar programas dirigidos a promover un cambio en la susceptibilidad respecto del inicio de consumo Extremadura ESP