595 p. El sueño y el descanso tienen un papel fundamental en el ritmo biológico de la especie humana y son esenciales para obtener salud y calidad de vida, siendo especialmente importantes en niños y jóvenes. En los adolescentes, el sueño tiene características propias y es influenciado por los hábitos de la sociedad moderna, que a menudo perturban el ritmo normal sueño-vigilia. Esta investigación evaluó la calidad del sueño de estudiantes de secundaria (4º de la ESO y Bachillerato) de la ciudad de Braganza, Portugal, con el objetivo de conocer en profundidad los patrones de sueño, entender cuáles son sus determinantes y su repercusión en el rendimiento escolar, en el estilo de vida, estado nutricional y en los datos clínicos de los estudiantes. Fue desarrollada una investigación observacional, analítica, transversal, epidemiológica y con un enfoque predominantemente cuantitativo. La muestra está formada por 345 adolescentes y es representativa de la población en estudio. La recogida de datos se realizó en mayo de 2017, a través de un cuestionario autoadministrado. Este cuestionario recoge datos sociodemográficos, del estilo de vida, datos clínicos, académicos, la caracterización del sueño y la evaluación de la calidad del mismo, utilizando la escala “O meu sono e eu” y el “Índice de Qualidade do Sono de Pittsburgh” (IQSP). Recurriendo al método de bioimpedancia eléctrica bipolar, se evaluó el peso y la composición corporal. Como principales resultados destacamos la mala calidad del sueño de los estudiantes en un 39.71% y una elevada prevalencia de horas de sueño insuficientes, donde un 45.5% de los adolescentes dormían menos horas de las recomendadas. El patrón de sueño de los adolescentes es insuficiente y excesivamente irregular, se acuestan tarde, tienen aumentados los tiempos de latencia, presentan períodos de sueño insuficiente entre semana y más largos los fines de semana. Hay una marcada somnolencia diurna que repercute en las actividades diarias y en el rendimiento de los adolescentes. El nivel de autopercepción que los alumnos tienen sobre el conocimiento del sueño es bajo. En cuanto a la relación entre la calidad del sueño y las variables sociodemográficas, académicas/escolares, comportamentales y clínicas, se concluye que los principales factores perturbadores del sueño de los adolescentes son: el ruido en el habitación, fumar, consumo frecuente de bebidas alcohólicas, consumo diario de bebidas con cafeína y derivados, consumo frecuente de snacks salados, productos azucarados, la comida rápida y precocinada, el sobrepeso/obesidad, exceso de grasa corporal, el aumento de la edad metabólica, la existencia de enfermedades, problemas emocionales y tomar medicación habitualmente. En cuanto a las rutinas previas al sueño y los comportamientos durante la noche, encontramos que ingerir bebidas con cafeína o derivados; fumar; tomar medicamentos y comunicar con los amigos a través de dispositivos electrónicos en las tres horas antes de acostarse; sentirse ansioso, triste o enfadado antes de irse a dormir; dejar el ordenador o la televisión encendidos en la habitación por la noche; tener un despertador luminoso en la habitación y despertarse por la noche para comunicarse con los amigos, son factores que perjudican la calidad del sueño de los adolescentes del estudio. Tenemos como principales factores protectores de la calidad del sueño: estudiar más de 2 horas al día, practicar deportes, tener un número correcto de hábitos alimentarios, beber de 1.5 a 2 l de agua por día, hacer de 4 a 6 comidas diarias, consumir regularmente legumbres y verduras, estar con los padres/familia antes de acostarse y sentirse relajado antes de irse a la cama. Las conclusiones del estudio respaldan la importancia de desarrollar programas de promoción que sean efectivos, específicos, continuos y que aborden los diferentes determinantes que interfieren en el estilo de vida y en las rutinas previas al sueño de los adolescentes, una vez que son decisivos para poder adoptar buenas practicas del sueño.