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Este ensayo explica los objetivos de nuestro proyecto dedicado a especialistas en teatro clásico, bibliógrafos e historiadores del libro. Pretendemos crear un censo exhaustivo en línea de comedias sueltas en bibliotecas norteamericanas, con rigurosos registros bibliográficos, imágenes de portadas y colofones y un fichero de autoridades. Se complementa con ensayos de reconocidos expertos. Las comedias sueltas son notoriamente difíciles de rastrear con precisión debido a la inexactitud con la que se han catalogado históricamente.Nuestro sitio web ambiciona remediar este problema.

Debates recientes en geografía política han cuestionado la soberanía idealizada del Estado-nación como rígidamente vinculada a la noción de una territorialidad transparente marcada en el espacio por fronteras establecidas. La soberanía no necesita asumir esta forma particular. En este artículo proponemos la noción de «territorialidades superpuestas» para analizar la intersección de fuentes de autoridad territorial, diferentes de la autoridad del Estado-nación. Examinaremos cómo la disputa del espacio por parte de actores no estatales ha hallado expresión en procesos concretos de reterritorialización que implican trazar límites dentro del territorio del Estado-nación.

El problema de los «fundamentos» es decisivo para cualquier area de estudio, tal vez particularmente para un área con un posible repertorio de fuentes elementales tan variado como el estudio de políticas mundiales. En este trabajo yo quiero llamar la atencion a algunas maneras diferentes de pensar sobre donde y como se produce el conocimiento; como el conocimiento que circula puede ser usado para informar nuestro entendimiento sobre las geografías del conocimiento en políticas mundiales. Estas geografías, sin embargo, no son fines en si mismos. Es importante entender las bases ontológicas del saber, desde perspectivas que no privilegian una sola historia del conocimiento asociada con una región específica del mundo, o de opiniones sobre conocimiento que implícita o explícitamente presumen su universalidad auto-evidente.

En los últimos diez años, en las relaciones internacionales y la geografía política, los roles del territorio y las fronteras se han visto sometidos a un mayor escrutinio al estudiar la génesis de los conflictos. En este artículo, quiero centrarme en tres tendencias intelectuales que muestran un acercamiento entre los académicos en ambos campos sobre el «camino que debe seguirse» más allá de varias posiciones previas más estereotipadas relativas a la persistente relevancia del territorio y las fronteras en la política mundial. Uno de ellos es una mayor resistencia a un simple estadocentrismo y la articulación de alternativas a tal perspectiva. Otro es un énfasis en la persistencia o resurgimiento de ciertas ideas geográficas preconcebidas que entran en juego en la política mundial, aun cuando han caído en desuso ejemplos históricos particulares de éstas asociados, por ejemplo, con configuraciones geopolíticas específicas (como las de la Guerra Fría). Finalmente, hay una tendencia importante y es la reorientación de la discusión sobre la espacialidad de la política mundial desde el uno o el otro del territorio contra las redes y flujos, hacia la apreciación del efecto que estos elementos ejercen entre sí.

The Protestant tradition typically prizes faith above the virtue of charity, seeing faith technically as not a virtue as a prerequisite for pursuing virtue. However, an understanding of the relationship between the two as interdependent can be helpful in seeing faith as a virtue. An interaction with Roman Stoicism can be helpful in illuminating a Protestant understanding of faith as more than a cognitive act and as a virtue orienting one and one’s actions more towards God.

An older European-Enlightenment geopolitical imagination was lost in the late nineteenth century with the rise of naturalized understandings of inter-state and imperial relations that saw states and empires in terms of biological competition conditioned by relative location on the earth’s surface. The word “geopolitics” emerged in that context and since that time the term has had to contend with this original sin. Arguably, however, Montesquieu and Voltaire in their references to Alexander the Great had a somewhat different conception of geopolitics in mind: one in which reciprocity and exchange between places as well as the redistribution of resources from colonies to homeland are at work. It is this broader sense of the word that has been revived over the past fifty years in the course of attempts at linking the global political structure of states, empires, and other political authorities to what can be called the “globalization era.” The broader understanding of geopolitics is by no means restricted to this era, as the reference to the Enlightenment period should make clear. But it has become an increasingly attractive alternative. I discuss four aspects of the connection between geopolitics construed in the broader meaning and the globalization that the world economy has experienced over the past fifty years. The first is to challenge the idea that geopolitics in the broad sense is “opposed” to globalization. I then turn to what I see are the three dimensions of geopolitics in an era of globalization: the geopolitics of globalization, the geopolitics of development, and the geopolitics of global regulation. From this perspective, Montesquieu and Voltaire offer a much better inspiration for understanding world politics than do the geopolitical writers of the early twentieth century such as Kjellen and Mackinder.

Hegemonia e império são termos diferentes, que oferecem interpretações profundamente distintas do poder estadunidense e suas manifestações contemporâneas, e de como dito poder pode ser mudado. Depois de uma breve introdução sobre ambos os termos, o texto procura mostrar como a hegemonia pode ser entendida espacialmente e, dessa forma, como a hegemonia dos Estados Unidos dificilmente será canalizada em um império, destacando o fiasco politico-militar estadunidense no Iraque, apesar da sua aparente supremacia militar depois da Guerra Fria. Finalmente, considerarei a emergência de uma nova configuração do poder global, em que a hegemonia já não pode ser exclusivamente associada aos Estados Unidos. A questão central que subjaz é a necessidade de fugir da armadilha de pensar o poder em termos exclusivamente territoriais: Estados versus impérios. O poder se desenvolve espacialmente de maneiras muito mais complexas, e necessitamos entendê-lo, se quisermos questioná-lo.