En la naturaleza observamos individuos que se comunican honestamente con otros aun cuando el engaño parece la opción más ventajosa. Esta tesis estudia mediante qué mecanismos la comunicación honesta se mantiene en uno de los escenarios donde más esperaríamos la corrupción del sistema por parte de los emisores: la elección de pareja basada en un sesgo estético por parte de las hembras. Bajo este escenario, los machos, que resultan atractivos a las hembras porque expresan aquellos caracteres sexuales que satisfacen un sesgo estético preexistente. En esta tesis se estudia un mecanismo, al que llamamos “control social del atractivo”, en el que son los propios machos quienes velan por que sus competidores no expresen un atractivo mayor del correspondiente a su calidad. Este control se llevaría a cabo mediante un incremento de los episodios agonísticos que un macho deshonesto sufriría. La existencia de este mecanismo se ha estudiado en el portaespada Xiphophorus hellerii, un actinopterigio de la familia de los pecílidos. Los machos de dicha especie expresan un carácter intersexual, la espada, consistente en una prolongación de los radios inferiores de la aleta caudal. Dicho carácter parece explotar un sesgo presente en las hembras a favor de los machos de mayor tamaño aparente. Sin embargo, la espada se expresa honestamente ya que existe una correlación positiva entre el tamaño del cuerpo y la longitud de la espada. En consecuencia, debe existir algún mecanismo que prevenga que los machos expresen un espada más larga de la que le correspondería según su tamaño. En el primer capítulo, se testa la existencia de los comportamientos que los machos deberían expresar para que pudiese existir un control social del atractivo eficaz. En un primer experimento se demuestra que los machos de portaespada, al presentarles dos intrusos, tienden a atacar al más atractivo, el de espada más larga, cuando existe una diferencia de atractivo entre intrusos suficiente. Esta conducta la denominamos “intolerancia al atractivo”. En un segundo experimento de este mismo capítulo, se observa como la intolerancia al atractivo es ejercida por los machos dominantes hacia los subordinados. Así, sólo los machos dominantes, que también son los de mayor tamaño, pueden expresar las espadas más largas sin sufrir un incremento en el número de episodios agonísticos sufridos. El segundo capítulo de la tesis se dedica a comprobar cuáles son los costes asociados al ser agredido y derrotado. En el primer experimento de este capítulo se demuestra que los machos recuerdan y compiten por monopolizar aquellas zonas donde hubo hembras de tal manera que los machos agredidos y derrotados son expulsados de dichas zonas. En consecuencia, parece existir un coste intrasexual asociado a la derrota. Además, el segundo experimento del capítulo evidencia que las hembras prefieren a aquellos machos que han visto vencer, lo que implica un coste intersexual asociado a la derrota ya que un macho perdedor pierde atractivo frente las hembras. En el último capítulo se desarrollan una serie de simulaciones para ilustrar la lógica subyacente al control social del atractivo. Estas simulaciones muestran que la intolerancia al atractivo es una estrategia que desplazaría la estrategia original de agredir al azar y que una vez fijada en la población provocaría una asociación positiva entre calidad y atractivo de los machos. En definitiva, las experiencias realizadas sugieren que la espada es una señal intersexual cuya expresión honesta está garantizada por el control social del atractivo. Además, este mecanismo puede emerger evolutivamente como respuesta adaptativa a la expresión de cualquier señal intersexual potencialmente deshonesta independientemente del formato de dicha señal., This thesis focuses on how male-male competition could ensure the honest signaling of those intersexual traits that exploit female pre-existing biases by means of a mechanism called “social control of attractiveness”. We explored this possibility in the green swordtail (Xiphophorus hellerii) by testing whether male-male competition guarantees the body size-dependent expression of the sword, an intersexual trait displayed by males that fits a female pre-existing bias. In the first chapter of the thesis, I present two experiments in order to show that males actually express the required behavior that is expected to cause the social control of attractiveness. In the first experiment, I presented two intruder males to a resident male. The latter tended to direct its attacks towards the most attractive intruder when the difference in attractiveness between them was big enough. The second experiment showed that only small males suffered a punishment inflicted by large ones and that this punishment was associated to their attractiveness. The second chapter of the thesis shows that, following an attack, a defeated male suffers an intrasexual cost by losing access to females, as well as an intersexual cost owing to the fact that females prefer the winner of the contests that they eavesdrop. This is expected to generate a social control of attractiveness that ensures an honest expression of the sword according to body size, given that only the largest males would be able to express the longest swords without paying intra and intersexual costs. This reasoning is supported by the simulations presented in the third chapter where it is shown that the preference for attacking the most attractive competitors is a strategy that could invade the population and, once it is fixed, it could ensure a positive correlation between male quality and attractiveness. Thus, this mechanism, unlike the handicap principle, does not need to make assumptions about the biological details of the system. Therefore, when male quality is related to fighting ability, any potentially dishonest signal initially evolved to exploit female pre-existing biases could be controlled by such mechanism.