"Se realizó un estudio geoquímico para evaluar la peligrosidad que representan los jales de diferentes zonas mineras en Nicaragua (El Limón, La Libertad y Bonanza) y México (Taxco). En los “jales de Nicaragua” se determinaron las menores concentraciones (mg/kg) de elementos potencialmente tóxicos, como Pb (9 - 871), As (16 - 35), Ba (97 - 263), Zn (50 - 1060) y Cu (50 - 125). En cambio, en los “jales de México” se encontraron las mayores concentraciones (mg/kg) de elementos potencialmente tóxicos como Pb (3049 - 5248), As (1176 - 2746), Ba (334 - 619), Zn (474 - 5559) y Cu (97 - 204). Así mismo, en los jales de México se determinaron concentraciones relativamente bajas (mg/kg) de otros elementos potencialmente tóxicos, como Ag (41-70), Ni (114-133) y Cd (16-50), que no fueron detectados en los jales de Nicaragua. Otra diferencia importante entre los jales estudiados, son los contenidos de Fe, que son superiores (Fe: de 7.0 % a 15.9 %) en los jales de México, con relación a los detectados en los jales de Nicaragua (Fe: de 0.8 % a 3.4 %). Nuestros resultados indican que los jales de México son peligrosos, debido a que generan drenaje ácido de mina. Esto puede ser comprobado a partir de la acidez (pH = 2.0 - 2.6), altas concentraciones de sulfatos (SO42- = 3509 - 12249 mg/L) y la presencia de elementos potencialmente tóxicos disueltos (mg/L), como As (0.7 - 1.3), Cd (2.8 - 12.3), Cu (6.1 - 23.7), Fe total (459.3 - 1505.0), Zn (334.5 - 1262.5), en los lixiviados generados de los jales. Sin embargo, los jales de Nicaragua actualmente no son peligrosos, porque no generan drenaje ácido. De acuerdo al carácter básico (pH = 8.0 - 8.8) de los lixiviados, que además se distinguen por contener bajas concentraciones de sulfatos (2.8 - 265.6 mg/L) y carecer de elementos potencialmente tóxicos disueltos. Con el fin de proponer alternativas para disminuir la peligrosidad que representan los jales de México, se valoró la eficiencia de diferentes tipos de rocas que afloran en la zona, en función de su capacidad de neutralización y control de los elementos potencialmente tóxicos disueltos en el drenaje ácido que se genera en estos residuos en épocas de lluvia. Los resultados de pruebas en lotes a corto plazo indican que las rocas incrementan significativamente el pH (hasta valores de 6.1 a 7.0) en los lixiviados tratados, lo que se debe a la disolución de calcita, dolomita y, posiblemente, moscovita. La neutralización de los lixiviados ácidos favorece la remoción de los sulfatos que precipitan como yeso, mientras los iones metálicos son removidos debido a la formación de los respectivos oxihidróxidos metálicos. Por otro lado, se infiere que la remoción del As es debida a su retención, vía proceso de sorción, en la superficie de los Fe–oxihidróxidos que precipitan durante el tratamiento. La remoción de los metales pesados, como Zn y Cd, fue parcial (43 % - 92 % para el Zn y 28 % - 100% para el Cd). Sin embargo, la modelación hidrogeoquímica nos sugiere que su remoció"