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El progreso tecnológico está introduciendo cambios y replanteamientos en la estructura organizativa de las empresas y en los procesos productivos en la dirección del Plan Nacional de la Industria 4.0 presentado en enero de 2017 y que ha visto un mayor desarrollo con el Plan de Empresa 4.0 y con las medidas de incentivo para la digitalización industrial contenidas en la ley de presupuestos de 2018 (ley nº 205 de 27 de diciembre de 2017). La revolución digital no termina con la reorganización dentro de la empresa sino que también invierte el mercado laboral en su dimensión contractual, introduciendo la perspectiva de la desintermediación, por parte de la empresa, entre la demanda y oferta de trabajo. Se desarrolla así, el fenómeno del trabajo a través de una plataforma (crowdwork) en la que se lleva a cabo la comparación directa entre el prestador del servicio y el comprador de este con el fin de reducir el coste y la contratación individual entre las partes.