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In certain contexts, and historical moments, the press has become an instrument of a dominant group that turns media discourse into a weapon, in order to carry out ideological manipulation of the recipient (Charaudeau 2003: 42 ). This is the case in the magazines that are the subject of this work: Legiones y Falanges (1940-1943) and Y, Revista para la mujer nacionalsindicalista (1938-1945), two exemplary publications in which the power elites propose to extol the ideological basis of the young Francoist dictatorship and to build the identity of the woman that the regime needs. With this objective, institutional locutors adopt a wide range of argumentative strategies, legal and not, forging a clearly populist discourse, in which the denunciation of evil (Charaudeau 2011) and the exaltation of the saviour (Franco and his institutions) stand out, generating a highly emotive language (evaluative lexicon, metaphors ...), often based on irrationality. I have used the theoretical framework of pragmatic linguistics (Fuentes Rodríguez 2013 and 2017), the theory of argumentation (Anscombre and Ducrot 1994) and its grammar (Lo Cascio 1991 and 2009; Fuentes Rodríguez and Alcaide Lara 2002), the instruments of critical discourse analysis, as well as Van Dijk's studies on ideology, discourse, and manipulation (especially 2003, 2005, 2006, 2008, 2009 y 2010). En determinados contextos y momentos históricos la prensa ha llegado a identificarse con un instrumento de orientación y coacción, como una instancia de un grupo dominante que convierte el discurso mediático en un arma destinada al servicio de la manipulación ideológica del blanco receptor (Charaudeau, 2003: 42). Es este, como me propongo demostrar, el caso de las revistas objeto de este trabajo: Legiones y Falanges (1940-1943) e Y, Revista para la mujer nacionalsindicalista (1938-1945). Se trata de dos publicaciones ejemplares en las que las élites del poder se proponen ensalzar los fundamentos ideológicos de la joven dictadura franquista y construir la identidad de la mujer que necesita el régimen. Con este objetivo, los locutores institucionales adoptan una amplia gama de estrategias argumentativas, lícitas y no, forjando un discurso claramente populista, en el que sobresalen la denuncia del mal (Charaudeau, 2011) y la exaltación del salvador (Franco y sus instituciones), que se verbalizan en un lenguaje altamente emotivo (léxico valorativo, metáforas…), a menudo basado en la irracionalidad. Desde el punto de vista metodológico, he trabajado de forma transversal, recurriendo a la lingüística pragmática (Fuentes Rodríguez, 2013 y 2015), a la teoría de la argumentación (Anscombre y Ducrot, 1994) y a su gramática (Lo Cascio, 1991 y 2009; Fuentes Rodríguez y Alcaide Lara, 2002 y 2007), a los instrumentos del análisis crítico del discurso, así como a los estudios sobre ideología, discurso y manipulación de Van Dijk (sobre todo 1996, 2003, 2006, 2008, 2009 y 2010).