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Este artículo pretende leer La vida es sueño contra el trasfondo epistemológico de la cambiante percepción de la naturaleza física del universo y la cuestión de la legitimidad de la físicamatemática para describirla, que tanto debate provocaba en las primeras décadas del siglo XVII. La obra maestra de Calderón se construye en diálogo crítico con este contexto filosófico, pues Basilio es tanto astrólogo como matemático. El desengaño final del Rey demuestra que el nuevo determinismo científico que se extendía cada vez más en la época, exagera la capacidad del hombre para interpretar de manera matemática, es decir, empírica y conclusiva, tanto los grandes signos celestiales como las más cotidianas señales de identidad personal. De esta manera, La vida es sueño desarrolla una semiótica inestable y dependiente de múltiples variables en constante proceso de cambio, realzando así la necesidad de una filosofía moral basada en la recta razón escolástica y capaz de abarcar todas las peripecias de una vida caótica y contingente. [ABSTRACT FROM AUTHOR]