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Un sospechoso de homicidio desaparece tras un accidente ferroviario en el oeste de Buenos Aires y la policía trata de dar con su paradero mientras los medios de comunicación difunden especulaciones y análisis superficiales. Una tragedia ferroviaria en el oeste de la provincia de Buenos Aires deja como saldo cuarenta y tres víctimas fatales, dos de las cuales no llegan a ser identificadas. Desde entonces un sinfín de interrogantes, denuncias e hipocresías inundan los medios de comunicación. Hugo Lamadrid, un presunto homicida que viajaba en ese tren, parece evaporarse luego del accidente. Quien trata de dar con su paradero es Osvaldo Domínguez, un inspector de la departamental de Morón adicto al trabajo. Aunque ostenta el récord del conurbano en resolución de homicidios, el investigador empieza este caso con mal pie, cometiendo al menos una desprolijidad. Con un ritmo frenético y una notable mezcla de amargura y lucidez, esta novela negra de Paula Rodríguez se inserta en la rica tradición argentina de ficción de calidad escrita con la urgencia del periodismo. Un policial que problematiza la idea de víctima al tiempo que logra adentrarse con sutileza en los pliegues más delirantes de un sistema ya no solo corrupto sino devastado.

Un secreto ancestral, la vida de dos mujeres que se entrecruzan, la historia de un país y sus guerras. Desde la oscuridad del desierto, una mujer rarámuri anuncia a Helena que su hija, desaparecida años atrás, regresará. Por otro lado, esa misma mañana Julia, absorta en una serie de destierros personales, sufre un accidente automovilístico sobre la carretera. Mientras su esposo recibe los restos de quien cree que es su mujer, Julia es escondida a la orilla de la carretera en un jacal. A partir de jirones de memoria, de un cuerpo que oscila entre la vida y la muerte, ella deambula inconsciente entre una serie de voces e historias que la conforman, de decisiones que distorsionaron el sentido de su vida. Por su parte, Helena encarna los destierros de la historia del siglo XX mexicano, sucesos que quedaron al margen de la historia oficial. A través del delirante recuento de sus relatos, cobran vida cuatro generaciones de mujeres, las otras revoluciones mexicanas, los migrantes, la violencia, el país de los desaparecidos, la impunidad y la demencia. Destierros es un cruce de narrativas, pero también de esos otros cuerpos que somos nosotros. Gabriela Riveros nos sube a la barca con su estilo poético y su maravillosa pluma, para que recorramos nuestros propios exilios y geografías al lado de sus personajes.

Pilar Alvarez de Montero, magistrado del Tribunal Supremo, sufre un accidente de tráfico junto a su esposo, Esteban Salas, consejero delegado de uno de los holding mas importantes del pais, mientras circulan por Madrid. Carlos Jarque, abogado, y su socio, Jorge Garcia, son testigos del siniestro y acuden en su auxilio. Mientras Jorge ayuda a Esteban Salas, Carlos asiste a Pilar Alvarez. Es entonces cuando la magistrada le confiesa un secreto y le encomienda una misión.En el cumplimiento de este encargo el abogado se vera envuelto en peligrosas situaciones que le revelaran un mundo de intrigas, apariencias y engaños. A partir de aquel día ya nada será igual en la vida de Carlos y de las personas que le rodean. Para bien o para mal, las confesiones de la magistrada cambiaran el rumbo de su historia poniendo en evidencia las miserias y los valores de cada cual. Los Cañaverales es una novela de intriga y acción que pone de relieve los distintos aspectos de la naturaleza humana: el amor, el odio, la pasión, el miedo, la mentira, la justicia y la libertad.Son los intereses personales de cada personaje los que impulsan la acción para concluir que no existen verdades absolutas, que todo es aceptable o rechazable. Basta con saber defender los argumentos.