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In the spring of 2013, televisions across Venezuela announced the death of then-president Hugo Chávez, leader of the Bolivarian Revolution and key political actor in Latin America's “turn to the left.” Chávez's death, however, was not the end of Chávez's life. In The Necromantic State, Irina R. Troconis examines how Chávez, as a “specter,” has lingered in Venezuela's public, private, and digital spaces. Focusing on contemporary Venezuela and drawing from a diverse corpus that includes tattoos, toys, memes, graffiti, and a hologram haunting the streets of downtown Caracas, Troconis contends that, in moments of failed transitions, political tensions, and crises of legitimacy, the state brings the dead back to life to negotiate the terms of its survival. By showing how this necromantic performance enables the state's material and visual manifestations in public and private spaces, Troconis untangles a sociopolitical moment in which the ghostly acts as the affective, social, and political force that grounds state authority and ensures the preservation of the status quo, as it circumscribes acts of political imagination and limits popular resistance.

This Routledge Handbook of Childhood Studies and Global Development explores how global development agendas and economic development influence children's lives. It demonstrates that children are not only the frequent targets or objects of development but that they also shape and influence processes of development and social change in diverse and meaningful ways.The handbook makes the case for the importance of placing children at the heart of developmentdebates, examining the complex social, historical, cultural, economic, epidemiological, ecological, geopolitical, and institutional processes transforming what it means to be young in the world today. Through reports on field research as well as a critical engagement with theories in development studies and childhood studies, contributions unravel the structural connections of global development processes as they relate to children's life worlds. They tease out and tease apart how global developmental processes influence children's lives, how children inform and shape development, why it is important to keep children at the centre of debates linked to development and socio- cultural change, and ways of engaging children in development research, policies and practices.Showcasing research from both established scholars and early career researchers, and with particular prominence given to the work of authors from the global south, this handbook will be an essential reference for policymakers, practitioners, and for researchers and students across childhood studies, education, geography, sociology, and international development.

“Perfecta representación de la diversidad latina” (The Washington Post), LatinoLand se nutre de cientos de entrevistas y de una prodigiosa investigación para ofrecernos tanto un vibrante retrato como la poco conocida historia de nuestra minoría más numerosa y de más rápido crecimiento, en “una obra de profecía, simpatía y coraje” (Junot Díaz, autor ganador del Premio Pulitzer).LatinoLand constituye una excepcional y completa panorámica de la América hispana basada en entrevistas personales, una profunda investigación y la experiencia vital de Marie Arana como latina. Hoy en día, los latinos representan el veinte por ciento de la población de Estados Unidos, cifra que sigue en aumento. Para 2050, los informes del censo prevén que uno de cada tres estadounidenses será de ascendencia latina. Pero los latinos no son un monolito. No representan a un único grupo. Los más numerosos son los mexicanos, puertorriqueños, dominicanos, salvadoreños y cubanos. Cada uno tiene un trasfondo cultural y político diferente. Los puertorriqueños, por ejemplo, son ciudadanos estadounidenses, mientras que algunos mexicano-estadounidenses nunca emigraron debido a que la frontera entre Estados Unidos y México se desplazó tras la invasión estadounidense de 1848, incorporando lo que hoy es todo el suroeste de Estados Unidos. Los cubanos llegaron en dos grandes oleadas: la de quienes escaparon del comunismo en los primeros años de Castro, muchos de los cuales eran profesionales y ricos, y la de los salieron con permiso en el éxodo del Mariel veinte años después, que representaban a algunos de los cubanos más pobres, incluso los presos. Como lo muestra LatinoLand, los latinos fueron de los primeros inmigrantes que llegaron a lo que hoy es Estados Unidos, algunos en el siglo XVI. Racialmente son diversos: una mezcla aleatoria de blancos, negros, indígenas y asiáticos. Alguna vez abrumadoramente católicos, entre ellos hay cada vez más protestantes y evangélicos. Abarcan desde empleadas domésticas y jornaleros hasta artistas de éxito, directivos de empresas y senadores estadounidenses. Antes demócratas en su mayoría, ahora votan cada vez más por los republicanos. En lo cultural son tan variados como cualquier inmigrante de Europa o Asia.