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Los linfomas malignos del delgado son tumores menos infrecuentes de lo que suele creerse. Aun cuando su frecuencia total no sea muy alta, merece señalarse que sí lo son en relación con otros tumores del delgado como lo atestiguan todas las estadísticas...

El punto de partida de la reflexión que me ocupa es un hecho de experiencia, al que se superpone tanto en lo cronológico como lo conceptual un malestar cognoscitivo que se me aparece como un problema que intentaré explicitar, mostrar, para que al menos se revelen los contenidos del propio problema.

Desde 1963 se observaron 25 pacientes portadores de 43 aneurismas arteriosclerótic-s de la arteri. poplítea. En el 72 % de los pacientes el aneurisma era bilat-eral. 22 aneurismas estaban complicados en el momento de la primera consulta. La omplicación más frecuente fue la trombosis intravascular. Los aneurismas complicados, eran tdos bilaterales. En el grupo de pacientes operados por aneurisma asintomático los resultados fueron uniformemente buenos. Por el contrario los. aneuris:mas operados p-r trombosis aguda signiUcaron 3 amputaciones y 2 muertes. Se insiste en la necesidad d,e operar el aneurisma poplíteo antes de las complicaciones independientemente de su tamaño.

El sacrüiclo del recto y la ileostomía definitiva no son una condición inevitable cuand-0 la Colitis Ulcerosa Crónica Uega a su etapa quirúrgica. A propósito de un enfermo de 16 años con una colitis ulcerosa crónica sobreaguda, se describe una táctica quirúrgica en 3 tiempos sucesivos ( colecto mía total e ileosfomía -proctomucosectomía, aislamiento del íleon distal con ileoproctostomía e ileostomía proximal- enteroanastomosis) que permite restablecer la oontimúda.d intestinal después ele colectomia. total. La no regresión de las lesiones recta.les después de colectomía., no exige siempre el sa-crlficio del órgano. La mucosectomía rectal es un recurso útil y eficaz, que permite la preservación anatómica. y funcional. del ano-recto)

Los autores presentan tres casosde aneurismas poplíteos complicados. Dos veces se trató de trombosis aguda masiva intrasacular; en la rsetante es una embolia distal proveniente del aneurisma. Se hacen consideraciones sobre estas complicaciones insistiendo en su alta gravedad. Se resalta la importancia de restaurar el flujo sanguíneo hacia la extremidad recurriendo a las técnicas modernas de la cirugía vascular directa.

Se analiza la trombectomía venosa femoroilíaca, sus indicaciones en función de: a) la forma clínica; b) el tiempo transcurrido desde su inicio; e) los datos flebográficos; d) la existencia de tromboembolismo; y e) el estado general del paciente. Se describe el procedimiento operatorio y la utilización de los catéteres de Fogarty.

Se estudia el foco embolígeno. Su sitio de producción. Se analizan las trombosis venosas superficiales y profundas, y las relaciones entre trombosis y embolismo pulmonar. Se destaca la frecuencia de las trombosis embolígenas asintomáticas señalando que las formas obstructivas no son las más embolizantes.

Se estudia el diagnóstico de los síndromes isquémicos agudos espontáneos de los miembros. El diagnóstico positivo se basa en la presencia de la triada: dolor, enfriamiento y cambios de la coloración sumados a la desaparición de. los pulsos. De acuerdo a la intensidad se clasifican en leves, medianos y severos. El diagnóstico topográfico lo hace la clínica y eventualmente la arteriografía. El diagnóstico de la viabilidad del miembro es de alto interés. En ocasiones tal estimación puede ser muy difícil. Se analizan las etiologías más comunes destacándose la dificultad frecuente de distinguir entre embolia y trombosis aguda. La arteriografía no es siempre necesaria en las embolias. Por el contrario debe practicarse en los otros tipos de isquemia a efectos de adecuar la táctica quirúrgica.

Se presenta una observación de carcinoma gástrico doble, tratado con éxito inmediato por gastrectomia total y anastomosis esofagoduodenal.