Ilustraciones El diseño, nacido a la par del surgimiento de la producción industrial, pasó de ser una práctica ligada solamente a la economía de mercado, a otra, cuyas implicaciones atraviesan todos los aspectos de la vida humana. Su importancia como elemento estructurante de la sociedad, aunado a su preponderante influencia dentro del consumo, ha conducido a diversos actores en la convergencia de su construcción discursiva, para entender la compleja red de relaciones y actividades dinámicas que entrelazan su práctica. En una sociedad plagada de mercancías de débil duración, que nos empuja en un ciclo repetitivo de consumir y desechar, vale la pena preguntarse cómo el ser humano, es capaz de construir y afirmar su identidad, en la defensa de sus aspiraciones estéticas y los deseos de transmitir sus imaginarios como expresión de su libertad. Se hace manifiesta entonces, la necesidad del diseño de participar en una reconfiguración ética-política, así como de una reconfiguración ética-estética, de los valores que lo han llevado a ser el instrumento de modelos expansionistas y explotadores, y, a nuestro mundo, a un punto de no retorno. Así, se construye una mirada al diseño que toma forma en acción colectiva y participativa, que busca convertirse en herramienta de innovación social a través de la cual se generen cambios en las formas de hacer, aprender y resolver los problemas de las comunidades, bajo ideales que proponen alternativas de producción, distribución y acceso a bienes, productos y servicios, por fuera de monopolios de producción tradicionales. Tomando como hilo conductor la ruta hermenéutica en tres momentos definidos como: contexto en el que se enmarca el problema, recursos interpretativos y horizontes de aplicación, se desarrolla la construcción teórica de esta tesis. La proposición de nuevas maneras de entender las relaciones entre el diseño, los diseñadores, los usuarios y las prácticas culturales cambiantes, redefinen los horizontes del arte, la arquitectura y el diseño, que, en los últimos años, con el advenimiento de la sociedad de la información, han terminado por desdibujar los límites disciplinares que tanto importaron en la Modernidad. Este es el punto nodal de este trabajo, que apela al valor cambiante el diseño, tras asumir que su esencia no es la producción de cosas, sino una fase en la vida de algunas cosas. Es así como hoy lo entienden las prácticas culturales, capaces de mutar entre lo singular y lo común, entre las esferas del intercambio, entre las tendencias a la mercantilización o si se quiere, entre la singularización cultural e individual. En el primer aparte de esta disertación, se atraviesa un recuento histórico que permite evidenciar cómo la sociedad del consumo, deslinda hacia la generación de un diseñador con una conciencia ética y ambiental distinta, que construye a través del diseño su posición política para el surgimiento de prácticas horizontales entre diseñadores y usuarios, situación que terminaría por dar impulso a las posturas en las que se ha enmarcado el ejercicio del diseño en las últimas décadas. En el segundo momento, se abordan estas nuevas dinámicas en el diseño, desde una perspectiva ampliada y autogestionada, tras reconocerse que un diseño planteado así, expande sus límites y se constituye en un campo de resistencia hacia el pasado y hacia un diseño apuntalado en el mito del artista y el genio solitario inspirado en valores metafísicos. Esta perspectiva dota de responsabilidades al usuario, quien pasa a ser participante activo en la construcción de su identidad, para reescribir la historia del diseño desde el consumidor y no desde el productor. Por último, el tercer capítulo, hace énfasis en la potencialidad del diseño abierto como concepto integrador, que acoge las perspectivas de la diversidad de actores del diseño presentándose como ventana que vincula asuntos del orden de las prácticas, en el horizonte del avance de las tecnologías y la democratización del saber manifiesto en la libre circulación del conocimiento, la consolidación de capital social y el fortalecimiento de la colectividad. Este horizonte de posibilidades de las nuevas tecnologías apunta al declive de las disciplinas, por una perspectiva integradora entre arte, diseño y arquitectura, que parafraseando a Calvera (2004) confluyen en muchos puntos de unión a través del uso de nuevos medios, y que toman y devuelven de sus procedimientos, para permitirle a diseñadores y usuarios, presentarse como creadores libres, con posturas propias y conciencia colectiva. Esta postura de creador libre, que expresa su libertad a través de un hacer manifestado en la autogestión y la autoproducción, habilita escenarios de participación, aprendizaje y ayuda mutua, que trastocan lo colectivo en la creación de nuevas dinámicas culturales que proveen autonomía a individuos y comunidades, abriendo así la puerta a la construcción de atmósferas de cambio para el ejercicio del diseño desde las prácticas artísticas. (El autor) Maestría Magister en Artes Plásticas y Visuales Área Curricular de Artes