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Usando como punto de partida la reacción de Guy Debord a la Rebelión de Watts en el año 1965, este artículo considera el situacionismo como un modelo agonístico al poder. El enfoque primario es, como debería ser, el espectáculo: al conectar cada fuerza de producción con cada producto del capitalismo, Debord representa el espectáculo como monopolio de producción espacial, incluso en aquellos espacios que parecerían rechazarlo. Desenfocados, relegados a la sombra, y afuera de cámara y de la escena, los que se oponen al espectáculo están construyendo un modelo social alternativo como deberían estarlo haciendo, donde la libertad y la economía se construyen y se logran de manera colectiva. Ilustro esta dialéctica con las revueltas y protestas de la primavera de 2020, que han reclamado libertad desde dentro del espectáculo. Abstract Using Guy Debord’s reaction to the Watts Rebellion of 1965 as a starting point, this article considers Situationism as an agonistic approach to power. The prime focus is on the spectacle, as it should be: by collating every force of production with every product of capitalism, Debord depicts the spectacle as a monopoly of spatial production, even in those spaces that ostensibly reject it. Out-of-focus, in the background and off-camera, those opposed to the spectacle are building an alternative social model as they ought to be, where freedom and economics are cooperatively achieved. I illustrate this dialectic with riots and protests that have occurred in the Spring of 2020, both claiming freedom from within the spectacle.