El presente artículo se propone estudiar el movimiento Ni Una Menos Perú 2016, con el objetivo de identificar y analizar el juego de tensiones y negociaciones que se presentan entre las diversas colectivas feministas que participaron en la marcha del 13 de agosto del 2016. En esta se evidencian distintas maneras de hacer política entre las colectivas y las organizaciones feministas institucionalizadas, en un contexto globalizado, del surgimiento de los movimientos sociales en red, y en una sociedad autoritaria como la peruana. Asimismo, en esta interacción se observa cómo el género se intersecta con la raza, clase y la etnicidad. Intento plantear algunas hipótesis que expliquen cómo este movimiento, que como indica Melucci (1994, p. 121), se inscribe en los nuevos movimientos sociales, y se distancia de formas tradicionales de organización política. Así, Ni Una Menos se transformó en un escaparate donde miles de mujeres se atrevieron a narrar situaciones de violencia en las que fueron sometidas, y donde participaron diversas colectivas y organizaciones feministas, que finalmente terminaron fragmentándose. Este estudio es una primera aproximación desde una perspectiva cualitativa.