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La producción musical y escrita de Richard Wagner (1813-1883) generó un fenómeno europeo de veneración hacia su obra, llamado wagnerismo, que llegó a influir en la música pero también en otras disciplinas artísticas como la literatura, la pintura o la arquitectura. Catalunya, que vivía un momento de transición en búsqueda de la modernización y renacimiento de la cultura nacional, encontró en este compositor el ideario que encajaba en las necesidades “modernas” y tomó la obra de este compositor como referente. De esta manera, Barcelona se convirtió en una de las ciudades no alemanas más importantes para el wagnerismo. El concepto Obra de arte total, atribuido a Wagner, así como la teoría y el imaginario wagneriano fueron acuñados por algunos artistas y arquitectos del período modernista para la creación de sus obras. En este caso, el estudio se centra en los que la historiografía coincide en calificar como los tres arquitectos modernistas más importantes: Antoni Gaudí, Lluis Domènech i Montaner y Josep Puig i Cadafalch. Este trabajo empieza con un análisis de la propuesta wagneriana como son sus obras escritas, musicales e incluso arquitectónicas y su influencia a nivel europeo. A continuación se estudia su llegada y establecimiento en la ciudad de Barcelona a través de textos, publicaciones y representaciones musicales y, posteriormente, la relación que se estableció entre catalanismo y wagnerismo. Finalmente, se analiza el vínculo de los arquitectos con la obra de este compositor y el reflejo de ella en algunas propuestas arquitectónicas.