Apendice estadistico, La investigación analiza la industria azucarera y la economía cubana, que se había especializado en producir azúcar desde fines del siglo XVIII. Tras las crisis del sector exportador en el período de entreguerras (1919-39) los países más desarrollados de América Latina experimentaron cambios estructurales y diseñaron políticas de diversificación, industrialización y proteccionistas y para distribuir más equitativamente la renta, mientras la isla, estando entre esos países por sus indicadores de crecimiento y bienestar, mantuvo su especialización. Dicho período, por tanto, es esencial para entender la historia de Cuba, pero apenas se había estudiado. El libro cubre tal vacío, y combinando teorías y métodos de las ciencias históricas, económicas, estadísticas y análisis comparado, responde a la cuestión de por qué mantuvo su especialización, aunque ésta fue la causa del fuerte impacto que tuvieron en ella las crisis posteriores a la Primera Guerra Mundial y la depresión del 1930. Probamos que la economía de Cuba estaba menos diversificada que la de los países que experimentaron cambios estructurales, y a causa de las posibilidades que la Primera Guerra Mundial ofreció para aumentar su producción de azúcar, reforzó aún más su especialización. Sin embargo esto fue condición necesaria para mantenerla después, pero no suficiente. Las crisis de la postguerra minaron las bases en que se había asentado el sistema económico y socio-político de la isla tras su independencia en 1898. El protectorado establecido entonces por Estados Unidos sobre la isla tuvo como contrapartida una relación comercial especial que favorecía la exportación de azúcar, pero la protección de su mercado desde 1921 para favorecer a su producción interna de dulce y las recesiones que sufrió la economía mundial, primero en su demanda y precios y luego en el crédito en 1930, afectaron a esas condiciones. Además los sectores sociales más afectados por las crisis se movilizaron para lograr mayor participación política y mejor distribución de la renta. El trabajo demuestra que el ajuste del sector azucarero cubano a las condiciones del mercado postdepresión le permitió seguir siendo el más competitivo del mundo, y que eso explica el mantenimiento de la especialización económica de la isla, pues tras lograr renegociar los acuerdos con Estados Unidos, proporcionó los recursos necesarios para atender las demandas sociales y restablecer el orden socio-político. Probar esas tesis requirió analizar la industria azucarera desde el lado de la oferta (hasta entonces se había hecho desde la demanda), su historia empresarial y los cambios tecnológicos. También precisó combinar dicho análisis con el de los procesos socio-políticos y las relaciones Cuba-Estados Unidos. La compleja interacción de tantas variables, la construcción de series estadísticas pormenorizas de la economía insular y su sector azucarero, que se ofrecen en un apéndice, y la comparación con los casos de otros países vecinos y de otros productores de dulce, no sólo permite demostrar tales tesis, además apunta algunas ideas sobre el período posterior. La investigación prueba que las soluciones arbitradas para afrontar los problemas del período de entreguerras fueron razonable y eficaces, pero se perpetuaron después provocando problemas económicos y sociales, en este caso similares a los de otros países latinoamericanos, que ayudan a explicar algunas de sus dificultades posteriores: desempleo y fuerte rigidez del mercado laboral, desigualdades, marginalidad o crecimiento desequilibrado y no sostenible.