Combinando teoría y práctica, el proyecto pretende reflejar la importancia actual que tiene el capital humano para dotar a la empresa de un factor diferenciador, fuente de ventaja competitiva en el entorno económico del S.XXI. En primer lugar se explican los distintos matices que los autores de estos últimos años han atribuido al término competencia, llegando finalmente a exponer el concepto que en este proyecto se ha atribuido a “competencia”, y sobre el cual se fundamentan todas las alusiones que a lo largo del mismo se hacen al respecto. Posteriormente, tras introducir brevemente el sistema de gestión de competencias y las ventajas que este brinda, se han desarrollado las cinco fases necesarias para poder implementar un sistema de gestión de este tipo en una organización real. La empresa escogida para realizar tal proceso ha sido una empresa de mediano tamaño del sector sanitario, distribuidora de productos biomédicos a la vez que suministradora de servicios a los centros hospitalarios de la península Ibérica, con una plantilla de ciento noventa y seis empleados y treinta y nueve puestos de trabajo diferentes definidos. Dado que en el conjunto de las fases realizadas se acaba mostrando la estructura organizativa de la empresa, así como gran parte de las funciones que en ella se realizan, dicha organización ha preferido mantener su nombre en el anonimato, atribuyéndole así pues el nombre de “Alfa” a lo largo del proyecto. De este modo, sobre la empresa “Alfa” se han desarrollado las siguientes fases: La primera, “Análisis de la estructura jerárquica de la organización”; La segunda, “Descripción de los Puestos de trabajo”, elaborando las plantillas DPT (Descripción de puesto de trabajo), en las que entre otras cosas se incluyen las tareas realizadas por cada empleado; La tercera, “Creación de un catálogo o modelo de competencias”, capaz de abarcar, prácticamente en su totalidad, el comportamiento de cualquier miembro del personal; La cuarta, “Asignación de competencias” donde, haciendo uso de ese modelo, se define el perfil más competente para cada empleado de la organización; Por último, una quinta fase: “Plan de Evaluación de Desempeño”, la cual incluye la plantilla EDP (Evaluación de Desempeño Profesional), y mediante la cual será posible la futura evaluación del personal, consiguiendo a través de la misma poder basar la gestión del capital humano de la empresa en un sistema de gestión por competencias. A pesar de que cada empresa es distinta, este proyecto pretende ser una pauta para futuras organizaciones que deseen conocer, o bien llevar a cabo, una gestión basada en competencias.