There are many experimental data supporting the involvement of aldosterone and mineralcorticoid receptor (MR) activation in the genesis and progression of chronic kidney disease (CKD) and cardiovascular damage.Many studies have shown that in diabetic and non-diabetic CKD, blocking the renin-angiotensin-aldosterone (RAAS) system with conversion enzyme inhibitors (ACEi) or angiotensin II receptor blockers (ARBs) decreases proteinuria, progression of CKD and mortality, but there is still a significant residual risk of developing these events.In subjects treated with ACEi or ARBs there may be an aldosterone breakthrough whose prevalence in subjects with CKD can reach 50%. Several studies have shown that in CKD, the aldosterone antagonists (spironolactone, eplerenone) added to ACEi or ARBs, reduce proteinuria, but increase the risk of hyperkalemia. Other studies in subjects treated with dialysis suggest a possible beneficial effect of antialdosteronic drugs on CV events and mortality. Newer potassium binders drugs can prevent/decrease hyperkalemia induced by RAAS blockade, and may reduce the high discontinuation rates or dose reduction of RAAS-blockers.The nonsteroidal MR blockers, with more potency and selectivity than the classic ones, reduce proteinuria and have a lower risk of hyperkalemia. Several clinical trials, currently underway, will determine the effect of classic MR blockers on CV events and mortality in subjects with stage 3b CKD and in dialysis patients, and whether in patients with type 2 diabetes mellitus and CKD, optimally treated and with high risk of CV and kidney events, the addition of finerenone to their treatment produces cardiorenal benefits.Large randomized trials have shown that sodium glucose type 2 cotransporter inhibitors (SGLT2i) reduce mortality and the development and progression of diabetic and nondiabetic CKD. There are pathophysiological arguments, which raise the possibility that the triple combination ACEi or ARBs, SGLT2i and aldosterone antagonist provide additional renal and cardiovascular protection. Resumen: Hay abundantes datos experimentales que sustentan la participación de la aldosterona y la estimulación del receptor mineralcorticoide (RM) en la génesis y progresión de la enfermedad renal crónica (ERC) y en el daño cardiovascular.Muchos estudios han demostrado que en la ERC diabética y no diabética, el bloqueo del sistema renina angiotensina-aldosterona (SRAA) con inhibidores de enzima de conversión (iECA) ó antagonistas del receptor de angiotensina II (ARA2) disminuye la proteinuria, la progresión de la ERC y la mortalidad, pero persiste todavía importante riesgo residual de desarrollo de estos eventos.En sujetos tratados con iECA ó ARA2 puede haber un escape de la aldosterona cuya prevalencia en sujetos con ERC puede alcanzar el 50 %. Diversos estudios han demostrado que, en la ERC, los fármacos antialdosterónicos clásicos (espironolactona, eplerenona) añadidos a iECA ó ARA2, reducen la proteinuria, pero aumentan el riesgo de hiperkaliemia. Otros estudios en sujetos tratados con diálisis sugieren un posible efecto beneficioso de los antialadosterónicos sobre eventos CV y mortalidad. Los nuevos ligadores intestinales de K+ pueden prevenir ó reducir la hiperkaliemia inducida por el bloqueo del SRAA, y disminuir la desprescripción o la reducción de dosis de fármacos bloqueantes del SRAA.Los bloqueantes del RM no esteroideos, con más potencia y selectividad que los clásicos, reducen la proteinuria y tienen menos riesgo de hiperkaliemia. Varios ensayos clínicos, actualmente en realización, determinarán el efecto de los bloqueantes clásicos del RM sobre eventos CV y mortalidad en sujetos con ERC estadio 3b y en enfermos en diálisis, y si en enfermos con diabetes mellitus tipo 2 y ERC, óptimamente tratados y con elevado riesgo de eventos CV y renales, la adición de finerenona a su tratamiento produce beneficios cardiorrenales.Los inhibidores del cotransportador sodio-glucosa tipo 2 (iSGLT2) han demos-trado reducir la mortalidad y el desarrollo y progresión de la nefropatía diabética y no diabética. Hay argumentos fisiopatológicos, que suscitan la posibilidad de que la triple combinación, iECA ó ARA2, iSGLT2 y antagonista de aldosterona ofrezca mayor protección renal y vascular.