Rosas Riaño, Diana, Echeverri, Juan Álvaro, Szekely, Marvan, Beca 727 de Colciencias, Yucuna, Eva, Matapi, Gertrudis, Yucuna, Lucila, Tanimuca, Blanca, Letuama, Josefa, Yucuna, Enith, Letuama, Rafaela, Yucuna, Maricel, Matapi, Claudia, Román, Milena, Yucuna, Olga Kelly, Yucuna, William, Matapí, Marceliano, Matapi, Cormelio, Matapi, Celestino, Letuama, Pascual, and Etnología y Lingüistica Amazónicas
ilustraciones, fotografías, tablas La pregunta por el tipo de conocimiento social que se produce cuando centramos la atención en los procesos corporales de las mujeres, sus subjetividades y movilidades, está sobre la base de esta investigación. A partir de la trayectoria de vida de once mujeres indígenas de diferentes generaciones del Mirití, en la Amazonia nororiental, se teje este cuerpo de conocimiento. El reconocimiento de la importancia de la sangre menstrual y de parto que representa la contraparte femenina del ritual masculino del yuruparí y que a su vez define las diferencias sexuales, estableciendo una jerarquía entre sexos que se expresa a través de poderes de fuerzas antagónicas: el poder chamánico de los hombres vs el poder reproductivo y productivo de las mujeres constituye el punto de partida. Desde esta premisa defino la menarca como la coyuntura en la vida de las mujeres, a partir de la cual adquieren sentido sus trayectorias. El resultado de esta etnografía construida desde y sobre el cuerpo, se encausa a través de dos Flujos. El primero se orden en cuatro meses que responden a la pregunta por lo que es la exogamia en y desde la experiencia de las mujeres en el contexto de una historia colonial. La pregunta por cómo las múltiples movilidades de las mujeres redefinen los espacios a través de la materialización de su fuerza productiva y reproductiva es transversal en los cuatro movimientos del segundo flujo que exploran sus motivaciones, las relaciones con autoridades masculinas y su conocimiento, movilidades y estrategias frente a los cruces entre regímenes económicos. (Texto tomado de la fuente) This research is grounded on the question about the sort of social knowledge that we produce when we focus on the bodily processes of women, their subjectivities and mobilities. This body of knowledge is woven from the life trajectory of eleven indigenous women of different generations of the Mirití, in the northeastern Amazon. Women’s menstrual and childbirth blood as a counterpart of the yurupari male´s ritual defines sexual difference and establishes a hierarchy between sexes that is expressed through two different sorts of powers: men´s shamanic power and women´s reproductive and productive power from this premise I define the menarche as a juncture in women´s life, that give sense to their trajectories. The result of this embodied ethnography is channeled through two Flows. The first one is ordered in four chapters that answers the question of what exogamy means in women experience in the context of a colonial history. How multiple mobilities of women redefine spaces through the materialization of their productive and reproductive force is the question that guides the second flow that explores their motivations, relationships with shamanic male knowledge and authorities, mobilities and strategies in a cross cultural and economic regimes, in four chapters. Esta tesis fue financiada por la beca 727 de COLCIENCIAS del 2016. Doctorado Doctor en Antropología En esta investigación asumí la participación como un modo de conocimiento que se da a través del cuerpo: conociendo sus cuerpos a partir de mi cuerpo, acompañando y aprendiendo a hacer lo que ellas hacen como un medio para comprender los marcos que dan sentido y significado a sus movimientos, gestos, actitudes, actividades, palabras, pensamientos y emociones. Desde esta postura epistemológica asumo el hecho de prestar atención, como un compromiso sensorial con la situación del cuerpo en el mundo (Csordas 2010:87) para construir una etnografía desde experiencias corporales encarnadas, situadas, intersubjetivas, particulares (Curiel 2020; Citro 2010; Achieri 2010; Jackson 2010). La materialización de esta apuesta metodológica hace de la experiencia cotidiana corporal la base y el contenedor en el cual cobran sentido las relaciones intersubjetivas que permiten el intercambio de experiencias de vida (Ashiari y Puglisi 2010: 129). Algunas de estas experiencias de intercambio se verbalizaron en entrevistas, las cuales, aunque proponían unas preguntas iniciales, buscaban convertirse luego en espacios no dirigidos que facilitaban la libre expresión de las mujeres con las que trabajé. En la mayoría de los casos estas conversaciones se registraron por medios electrónicos. Sin embargo, algunas de estas charlas no quedaron registradas pues se dieron en espacios donde no tenía acceso a la grabadora, o en los cuales haberla sacado hubiera significado el quiebre de la intimidad alcanzada en ese momento. En estos casos, unas veces la escritura me ayudó a registrar lo sucedido en estos intercambios y en otras oportunidades estas experiencias quedaron registradas en mi memoria corporal. Igual sucedió con aquellos intercambios que no se verbalizaron y quedaron grabados en sensaciones corporales. La mayoría de las entrevistas, alrededor de 55 horas de grabación, las transcribí siguiendo la propuesta metodológica de Juan Alvaro Echeverri (2002) de transcripción para la etnopoética. Esta metodología propone guardar fidelidad al ritmo de formulación y conformación de los conjuntos de expresiones inherentes a la narrativa, registrando las tonalidades de inicio de las frases por medio de sangrías de 3 mm cada uno y marcando cambios tonales al interior de la sentencia mediante los símbolos (/) o (\). Igual extendiendo con vocales los sonidos extendidos (oooo/aaaa/eee), marcando acentos fuertes o enfáticos con mayúsculas, silencios con corchetes y puntos […]. Esta grafía permite registrar y respetar el ritmo de cada intervención, organizando los textos de acuerdo con el flujo prosódico. Hacerlo me implicó mantener la atención sobre sus cuerpos a través del sentido de la escucha: estar atenta a las modulaciones de cada intervención, ritmos y tonalidades diferentes que yo iba incorporando, para luego transcribirlas por medio del tapeo de mis manos. En síntesis, haciendo de la atención una actitud somática (Csordas 2010: 87). Este proceso, comparable a un trance por la experiencia sonora que significaba me conectaba con la diferente gama de emociones que se expresaban y me hacía consciente de los diferentes estados de ánimo que habían pasado desapercibidos durante la entrevista en tiempo real. Los silencios entre pausas, a su vez daban sustancia a las múltiples emociones que tenían eco en el cuerpo frente a ese determinado recuerdo o situación. El compás entre la inhalación y la cantidad de palabras dichas en la exhalación, dando más lentitud o rapidez a la alocución, permitían denotar seguridades, inseguridades, prisas, rabias, contradicciones, serenidad, alegrías, evasiones, incomprensiones, las cuales al ser atendidas en el registro daban más sentido a la experiencia de la entrevista en tiempo real, a su relación con las otras entrevistas y a la convivencia compartida durante el trabajo de campo. Este ejercicio de transcripción me permitió develar la huella estética (ritmo, tonos, formas de hablar el español) de cada una y descubrir esa entidad de sujeto que cada una es y ejerce a su manera, a través de su narrativa (Ochs & Capps 1996). Esa característica de las narrativas de dar espacio a que emerja la tensión entre un self fragmentario y fluido en el tiempo y el espacio, entre sistemas y relaciones simétricas y asimétricas, situaciones hostiles y amables, entre el sujeto que sintió y actuó en el pasado, un sujeto que siente y actúa en el presente y un anticipado e hipotético sujeto que se proyecta a sentir y actuar, dibujan lo que Ochs y Capps (1996: 27) conciben como el paisaje de la conciencia, en el cual van emergiendo categorías, protagonistas, acciones, creencias, emociones. Es a partir de estos distintos paisajes dibujados por cada una a partir de mis preguntas y las conversaciones entretejidas que empiezo a construir los siguientes conjuntos temáticos: lugares y movilidad; parientes; personal (identidad, recuerdos, percepciones, autopercepciones); curaciones/enfermedades y consejos; hitos en la salud sexual y reproductiva; estudios, nuevas oportunidades y trabajos; relaciones de pareja y valoraciones de género; confrontaciones, rabias, abusos, peleas, acosos, chismes, envidias; cambios; miedos, nostalgias, tristezas, compasión; deseos, anhelos, alegrías, sueños; cuerpo. Estos conjuntos temáticos configuran las coyunturas, acontecimientos o situaciones sociales que tomé como mojones para organizar las trayectorias de vida de cada una a partir de sus narrativas y también de mis notas de campo. A cada una de estas categorías asigné un color que me permitía identificar todas las alocuciones relacionadas con esa temática y por tanto establecer comparaciones y contrastes entre experiencias. Esto mismo me permitió caracterizar cada uno de estos temas y ponerlos en relación con conceptos y discusiones teóricas. Este proceso de sistematización y organización alrededor de estas categorías se extendió en el tiempo hasta que logré espacializar gráficamente las trayectorias en una serie de mapas que sintetizan gráficamente las movilidades de las mujeres. En estos, la trayectoria de cada una tiene un color que la identifica y marco con una estrella del color asignado a cada una de estas categorías el sentido de esa movilidad en su destino. Como resultado presento once mapas que ilustran sus trayectorias espaciales de acuerdo con las coyunturas y situaciones sociales significativas para cada una. Este material se expone y analiza detalladamente en el Movimiento III del Segundo Flujo. Antropología Social