Terrorism is a human activity that poses three grave problems: a) It is one of the gravest and bloodiest crimes as far as results are concerned and nonetheless, it is the one in which the perpetrators are least burdened by guilt. b) It is a pretext for political manoeuvres on the part of the Governments affected, who use terrorism as electoralbait. c) In both cases, terrorists or politicians use incredible language, in which the most elementary rules of grammar or logic are transformed into mere meaning less sounds in which either side maintains a stance from which neither will backdown. There are numerous situations that show that terrorists are the world’s worst criminals with the clearest conscience. Firstly, the widespread belief among professors that Law and Morality are two separate worlds makes not only the authors of terrorist acts but also its critics scoff at the accusation of terrorists’ behaviour as gravely immoralas long as it is not also qualified as dysfunctional. The difficulty or impossibility of dogmatically defining terrorism causes its perpetrators to remain unfazed by something that cannot be defined. And the idea that terrorism is a political crime encourages terrorists’ legal counsels to try to prove –in spite of what has been established in Constitutions and International Treaties– that terrorists deserve preferential treatment when precisely the contrary should be true: that today the commission of a political crime is much more serious than the commission of a common crime. The ruling class, on its part, insists on making terrorism a political issue, conver sing with terrorists to demonstrate its democratic disposition and downplaying terrorists’crimes (as if the decision to prosecute them were up to the Government’s discretion), trying to demonstrate to outsiders that peace is just around the corner, and to insiders that they hope to obtain more votes in the next elections (in spite of the dysfunctional image conveyed of the victims of terrorism demanding justice). Moreover,since everything is negotiable and the most valuable objective is peace, what is important is ensuring that peace and “letting the dead bury the dead”. The worstpart of it is that it is all a lie: Morality does not cease to have anything to do with the Law, nor does a political crime deserve preferential treatment, nor are terrorists evergoing to lay down their arms, nor is everything negotiable at any moment, nor ispeace the most valuable commodity (freedom is), nor... I have provided some examples of the caricature-like language with which bothgroups pull our leg, but there are even more. Terrorists say they are not guilty of the crimes they commit, because these acts are the Government’s fault for not granting them the independence they demand. The ruling class claims that the ones to blame for the alarm that terrorism produces is not the Government, who deals with terrorists as equals, but the members of the opposition party, who denounce what is happening.The messenger is the one to blame. A man of good faith is one who for goes the rights (of others) to transmit an image of good faith, just as a politician of good faith is one who buys votes (with other people’s money) and continues to think that ETA is going to cease its violence if it is addressed in the terms it wants to hear, ignoring the fact that using its terms implies recognising it as a legitimate armed forceand not as organised crime or a contemptible band of criminals that only know how to kill with explosives or a shot in the back, taking care not to destroy them selves in the process. Let Belgium keep protecting them, now that the European Union’s initiative has withered on the vine. El terrorismo es una actividad humana que presenta tres graves inconvenientes:a) Es uno de los delitos más graves y sanguinarios en cuanto a los resultados y sin embargo es de los que menos conciencia de culpabilidad presenta en sus autores. b) Es un pretexto para maniobras políticas por parte de los Gobiernos afectados, que utilizan a los terroristas como señuelo electoral. c) En ambos casos, terroristas o gobernantes utilizan un lenguaje increíble, en el que las reglas de la gramática o de la lógica más elementales quedan reducidas a puras emisiones de sonidos sin significación alguna pero sin que nadie se apee del burro. Hay varias situaciones que demuestran que los terroristas son los mayores criminales del mundo actual con la conciencia más tranquila. En primer lugar, la creencia tan extendida entre los profesores de que el Derecho y la Moral son dos mundos aparte provoca que la imputación de gravemente inmoral a una conducta deje imperturbables a sus autores y a sus críticos mientras no sea también disfuncional. La dificultad o imposibilidad de definir dogmáticamente al terrorismo hace que sus autores no se dejen impresionar por lo que no se puede definir. Y la conciencia deque el terrorismo es un delito político anima a los letrados de los terroristas a tratar de demostrar –a pesar de lo que dicen Constituciones y Tratados internacional esquelos terroristas merecen un trato de favor cuando lo real es lo contrario: que en nuestros días cometer un delito político es mucho más grave que cometer un delito común. Los gobernantes, por su parte, se empeñan en hacer del terrorismo un motivo dedinámica política, conversando con los terroristas para demostrar que son demócratasy disimulando sus delitos (como si la persecución de éstos fuera una decisión discrecionaldel Gobierno), tratando de demostrar a los de fuera que la paz está al caer, y a los de dentro que se espera conseguir más votos en las próximas elecciones (a pesar de lo disfuncionales que resultan las víctimas pidiendo justicia). Además, como todo es negociable y el mayor valor es la paz, lo que importa es asegurar la paz y “dejar a los muertos que entierren a los muertos”. Lo peor es que todo esto es mentira: ni la Moral deja de tener que ver con el Derecho, ni el delito político merece un trato de favor, ni los terroristas van a renunciar nunca a dejar sus armas, ni todo esnegociable y en cualquier momento, ni la paz es el bien más valioso (lo es la libertad), ni… Ya he presentado algunas muestras del lenguaje-caricatura con el que unos yotros nos toman el pelo, pero aún quedan más. El terrorista dice que no es culpablede los crímenes que comete, porque el culpable es el Gobierno que no le regala la independencia. El gobernante afirma que el culpable de que el terrorismo produzca alarma no es el Gobierno que casi le trata de igual a igual, sino la Oposición, que denuncia lo que pasa. La culpa es del mensajero. Hombre de buena fe es el que renuncia a los derechos (de los demás) por una apariencia de buena fe, como políticode buena fe es el que compra votos (con el dinero de los demás) y sigue pensando que ETA va a renunciar a la violencia si se emplea el lenguaje que ella quiere, despreciando el hecho de que utilizar su lenguaje es reconocerle la condición de Ejército en armas y no el de Criminalidad organizada o Banda de miserables que sólo saben matar con explosivos o por la espalda, pero cuidando de no suicidarse. Que Bélgica los siga protegiendo, ya que la Unión Europea todo lo ha dejado en agua de borrajas.