Niño Sandoval, Jorge Alejandro, Molina Ardila, Oscar Iván, Peralta Agudelo, Ana María, Muñoz Quetamá, David Gonzalo, Angarita Pinto, Alisson, Valderrama Caballero, Luisa Fernanda, Urrea Cárdenas, Paula Andrea, Castro Zaldúa, Sara Ximena, Iguarán Aguilar, Sara Julieta, Barbosa Nieves, Madi Andrés, Romero Nofuya, Magda, Rincón Moreno, Oscar Javier, Rodríguez Mayorga, Juan Sebastián, Sánchez, José Luis, Chamorro, David Julián, López García, Juan David, Salgado Torres, Angie, Hernández Carrasco, Santiago, Méndez Silva, Jenny Katherine, Torres Barrera, María Paula, García Gómez, Hugo Ernesto, Plaza Pinilla, Joseph Switer, Giraldo Vargas, David Antonio, Cotrina León, Eric Mauricio, Guzmán Cadena, Hamilton, Jaimes Beltrán, Sofía, Parra Piraguata, Tatiana, Cháves Botina, Santiago Javier, Muñoz Bernal, Valentina, González Herrera, Juan Diego, Jiménez Riaño, Cristian Camilo, Bernal Zúñiga, Cristian Eduardo, Ávila Roa, Angie Juliet, and Tobaría Rodríguez, José Armando
Con esta publicación de los resultados de investigación elaborados por semilleros compuestos por estudiantes de pregrado, pertenecientes a sus dos unidades académicas, la Facultad de Derecho, Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad Nacional de Colombia celebra los veinte años de una política académica que ha permitido, dentro de sus programas curriculares básicos, la integración entre la docencia y la investigación, y favorecido la interrelación con la sociedad colombiana. Los semilleros de investigación han constituido una actividad multiforme que aparte de ofrecerle a los y las estudiantes de los programas académicos de Derecho y Ciencia Política la posibilidad de empezar a transitar por el camino de la investigación académica les permite diseñar e implementar programas propios de autoformación en áreas específicas del conocimiento, orientados por docentes de planta u ocasionales y por docentes de posgrado. Asimismo, ha permitido la incorporación de dichos estudiantes a los grupos de investigación, la sistematización de procesos de reflexión iniciados en una o varias asignaturas o la participación en proyectos que buscan responder a los problemas políticos y sociales que afectan a la sociedad colombiana, latinoamericana y, en ocasiones, a las de otros continentes o que tienen una dimensión global. Por tal razón, constituyen escenarios alternos e informales de docencia y extensión. Investigaciones en Construcción incluye los artículos escritos por las y los participantes de nueve semilleros. Cuatro de ellos del Departamento de Derecho, conformados por once estudiantes, y cinco del Departamento de Ciencia Política, conformados por veintiún estudiantes. Aunque la mayor parte de las investigaciones tienen una orientación interdisciplinaria, llama la atención que en ninguno de los semilleros se haya logrado la articulación entre alumnos de Derecho y Ciencia Política. La sinergia entre estos dos campos del conocimiento, como un criterio para las convocatorias de los próximos años, podría ser un mecanismo de integración académica destinado a evitar la hiperespecialización que tiende a fragmentar e individualizar las investigaciones universitarias y a trivializar las reformas curriculares que buscan desarrollar capacidades intelectuales complejas. Los temas escogidos por los semilleros ilustran los intereses de las nuevas generaciones de estudiantes. El análisis crítico de la jurisprudencia constitucional y de la dogmática jurídica, en temas relacionados con la teoría de la sustitución (pp. 17-45) o con las Zonas de Interés de Desarrollo Rural, Económico y Social (Zidres) (pp. 47-79) demuestran la pretensión de realizar investigaciones que, sin abandonar la especificidad de lo jurídico, estén guiadas por preguntas sobre los efectos y las casusas sociales y políticas de las normas positivas y los fallos judiciales. En estos artículos resulta clara la preocupación por encontrar metodologías que permitan responder a los interrogantes generados en el campo del derecho y, simultáneamente, orientar las investigaciones hacia análisis social, más allá de las dicotomías artificiales entre lo técnico-jurídico y lo sociojurídico. Al mismo tiempo, la perspectiva intercultural invita a superar el eurocentrismo jurídico y político, predominante en la academia colombiana. La dualidad entre la norma social y la jurídica, resaltada en el artículo sobre el pueblo indígena murui muina (pp. 81- 116), refleja la inexistencia en la sociedad colombiana de purismos culturales, más allá de los reivindicados por ciertos sectores indigenistas que ven en ellos una estrategia política para proteger a las comunidades amenazadas desde las posiciones culturales hegemónicas o por corrientes que, dentro de ópticas racistas, pretenden imponer la cultura occidental como arquetipo de la civilización. Algo similar, en términos del descentramiento cultural, sucede en el estudio decolonial que, desde la participación de la comunidad campesina en el debate sobre las delimitaciones del páramo de Sumapaz, dialoga con la filosofía rawlsiana, para encontrarle alternativas deliberativas al régimen político colombiano (pp. 117-146). El carácter pluriétnico y pluricultural consagrado en la Constitución Política colombiana exige, de acuerdo con estos textos, la superación de un multiculturalismo que se fundamenta en el reconocimiento de la diversidad, sin propugnar por la igualdad dentro de la diferencia. Dentro del campo de la cultura política, otro de los semilleros analiza, desde la teoría de las redes sociales, las representaciones de los actores estatales y no gubernamentales sobre la seguridad y defensa de líderes sociales y defensores de derechos humanos en Colombia (pp. 147-176). Su trabajo evidencia cómo la desarticulación gubernamental en este campo dificulta la construcción de una política pública coherente, para responder al asesinato de líderes y lideresas, y a la denuncia de las organizaciones populares y de derechos humanos, orientada a solucionar una de las principales fallas de la democracia colombiana, la relacionada con la más elemental protección de la vida de quienes dirigen o conforman las organizaciones populares y la protesta que estas promueven. Desde otra perspectiva, la relacionada con el análisis crítico del discurso en los medios de comunicación digital, específicamente en El Tiempo y El Espectador, otro grupo de estudiantes analiza las ambigüedades de ambos periódicos frente a la Jurisdicción Especial para la Paz (jep) (pp. 177-205), la cual, según el artículo, lleva a enfatizar en el manejo de las noticias, los temas relativos a la justicia punitiva y a los beneficios y garantías a los victimarios, sobre los referentes a la reparación de las víctimas, como parte de la reconstrucción del tejido social, y al tránsito de los excombatientes a la vida civil. El único texto teórico de la publicación trabaja la recepción de la teoría política de Gramsci en América Latina, y su retroalimentación, alrededor de tres ejes analíticos: 1) los procesos de constitución de los sujetos políticos; 2) la relación entre “estructura y super-estructura”, y 3) el economicismo en el análisis de los procesos revolucionarios (pp. 207-226). La lectura crítica que hace el semillero, sin caer en anacronismos, y el análisis de las interpretaciones latinoamericanas de la obra gramsciana, demuestra la fertilidad de las investigaciones que permitan entender no solo la recepción de teorías producidas en otros contextos culturales, sino también la posibilidad de enriquecerlas y transformarlas mediante la mutación de sus conceptos y de su articulación sistemática, de acuerdo con ámbitos espaciales y temporales diferentes a los de las sociedades y las relaciones sociales en los que tuvieron origen. La corriente denominada poscolonial no puede limitarse a la afirmación de la otredad frente a las formas de pensamiento dominantes, sin importar el espectro político, sino que debe deconstruirlas críticamente para comprender, en medio de diálogos interculturales, sus potencialidades o limitaciones. La clausura cultural en tono a una identidad cerrada y reactiva sea esta teórica, analítica, académica o meramente subjetiva, es una herencia negativa de la experiencia colonial. Finalmente, como corolario de un eje que resulta transversal a todas las investigaciones, la alteridad social y política frente a los actores o sujetos hegemónicos en la vida política y social colombiana, adquiere relevancia en los artículos sobre la concepción de la democracia en las farc (pp. 227-249) y sobre la participación y representación de las mujeres en la rama legislativa colombiana entre 2010 y 2018 (pp. 251-297). En ambos casos, se intenta hacer visibles elementos de una organización insurgente o de la lucha de las mujeres por la igualdad en la diferencia, que tienden a quedar en la penumbra del conocimiento académico colombiano. Más allá de los esquemas interpretativos sobre las clases sociales y las diferencias de género o sexo, los artículos intentan ilustrar el ideario democrático de una de las principales organizaciones insurgentes de la historia colombiana o la importancia, en lo atinente a las luchas de las mujeres por el reconocimiento y la equidad, del ejercicio de la representación política institucional en el poder legislativo colombiano. Dentro de la universidad colombiana, en términos generales, solo los docentes tienen la oportunidad de apreciar la riqueza de los análisis de los dicentes, aunque con frecuencia, en medio de las limitaciones que tienen los trabajos dentro de las asignaturas ofrecidas en el currículo formal. Por el contrario, publicaciones como Investigaciones en Construcción les permite a los lectores interesados en el derecho y la ciencia política conocer la riqueza analítica e interpretativa de los estudiantes de una institución pública como la Universidad Nacional de Colombia. Como resulta obvio dentro de un proceso de formación, junto a las fortalezas académicas y heurísticas de los textos, y las investigaciones que los soportan, hay debilidades en lo atinente a la relación entre los métodos y los marcos teóricos, las generalizaciones no sustentadas, el enriquecimiento argumentativo de prejuicios previos o la ausencia de estados de arte sistemáticos sobre los temas tratados. Sin embargo, estos problemas, que incluso se presentan en los documentos de investigadores con un largo recorrido académico, no socavan la vitalidad y creatividad del trabajo de los estudiantes de la Facultad de Derecho, Ciencias Políticas y Sociales, que, posteriormente van a cualificar la vida académica, social y política del país.