Alonso Ferreiro, Almudena, Rodríguez Groba, Ana, Dorado Gómez, Sandra, Fraga Varela, Fernando, Gewerc Barujel, Adriana, Martínez Piñeiro, María Esther, Montero Mesa, María Lourdes, Pernas Morado, Eulogio, and Universidade de Santiago de Compostela. Departamento de Pedagoxía e Didáctica
Las “I Jornadas Internacionales INCLÚYE-T. Cuando la competencia digital favorece la inclusión social” se contextualizan en un momento histórico donde nuevos saberes se han hecho necesarios para la participación plena, activa y crítica en el mundo contemporáneo. Buscaron configurarse como un lugar para el diálogo y el debate sobre la importancia que han adquirido estas nuevas habilidades y estrategias para la inclusión en una sociedad que se desarrolla en una realidad no sólo presencial, sino también en espacios virtuales que requieren gestionar la identidad digital La exclusión siempre ha tenido muchas caras. Sus raíces han ido cambiando, disfrazándose en simples diferencias, pasando en ocasiones desapercibida para aquellos que no quieren detenerse en esta realidad. Como recogía Tezanos (1999) en un análisis sobre lo que implica la pobreza y exclusión social y las diferencias entre ambos, la exclusión es un concepto multidimensional que va más allá de lo económico, y aunque con frecuencia va asociado, no es un problema únicamente de cifras. Se trata de un problema estructural más que personal, es un proceso y no una situación temporal. La exclusión social es medida en una versión “dentro-fuera”, a diferencia de la pobreza que es señalada como de “arriba-abajo”. Se trata de un concepto que afecta a colectivos sociales, más allá de personas individuales. La responsabilidad y toma de decisiones frente a una realidad que atañe a conjuntos importantes de la población y requiere de un análisis reflexionado y respuestas conjuntas que han sido expuestas y dialogadas en el encuentro que tuvo lugar en la Universidad de Santiago, los días 13 y 14 de septiembre de 2017. Lo cierto es que el cambio de siglo ha ampliado ese abanico de circunstancias desfavorables, que se interrelacionan, para acabar en esa clasificación por “clases sociales” abordada ya por la sociología durante la segunda mitad del siglo XX. La desigualdad ha sabido implantarse de tantas formas que, como describía el sociólogo Pierre Bourdieu, independientemente de la época, existe una tendencia a una reproducción de esta desigualdad, en la que persiste una violencia simbólica, indirecta, que afecta a multitud de las esferas de la vida cotidiana y que consiste en el fenómeno de la dominación en las relaciones sociales, donde hay dominados y dominadores. En un contexto de modernidad y en una sociedad que ha sido denominada “Sociedad de la Información” por algunos, y “Sociedad del Conocimiento” por otros, cabe cuestionarse ¿quién tiene acceso a esa información? ¿Tenemos todos/as las mismas oportunidades para apropiarnos de ese conocimiento? Buscando respuestas a preguntas como estas, se formuló el proyecto CDEPI: “Competencia Digital en estudiantes de educación obligatoria. Entornos socio-familiares, procesos de apropiación y propuestas de e-inclusión” (EDU2015-67975-C3-1-P) financiado por el Ministerio de Economía y Competitividad, coordinado por el Grupo de Investigación Stellae de la Universidad de Santiago de Compostela (GI-1439 de la USC) al que se suman otros dos grupos de investigación que participan como socios y pertenecen a la Universidad de Salamanca (USAL) y la Universidad Autónoma de Madrid (UAM). El proyecto busca identificar, analizar, comprender y evaluar la competencia digital que los estudiantes de enseñanza obligatoria desarrollan y utilizan en su vida cotidiana y la relación que esta tiene con los procesos de inclusión social. En la dirección de compartir, discutir y continuar analizando la problemática, se organizaron las Jornadas INCLÚYET, como un espacio de divulgación del proyecto y sus resultados. El evento contó con figuras con una gran trayectoria en la investigación de la temática, como son Inés Dussel (CINVESTAV-IPN, de México) y Jordi Adell (Universitat Jaume I de Castellón) con los que hemos tenido el placer de debatir y charlar, y cuyas ponencias se pueden disfrutar en este libro. Asimismo, muchos otros investigadores/as, profesores y profesoras, formadores y formadoras, y personas interesadas compartieron sus experiencias e inquietudes en torno a las diferentes líneas temáticas que se plantearon para las jornadas. Éstas abordaban la competencia digital en espacios formales, informales y no formales; la brecha digital, y nuevos espacios virtuales de ocio de los jóvenes, como los videojuegos o YouTube. Todos estos tópicos fueron analizados a través del trasfondo de la exclusión social que se produce a raíz de la falta de competencia digital, y que afecta en el desarrollo e integración plena de los más jóvenes en una sociedad que se mueve en una esfera cada vez más digitalizada. ¿Qué alcance tiene la ausencia de competencia digital en nuestra vida diaria? ¿Quién se hace cargo de esta realidad? ¿Qué sucede con los agentes educativos? ¿Cuál es el papel del sistema educativo? ¿Se están asumiendo estas responsabilidades? Privar a los más jóvenes de competencia digital supone dificultarles, cuando no imposibilitarles, la resolución de situaciones más que cotidianas para una gran parte de ciudadanos. Supone que adolescentes y niños se encuentren entre una mayoría de compañeros que tienen acceso a una realidad a la que ellos no pueden acceder. Supone cerrarle oportunidades a un mundo laboral que exige y precisa de estas habilidades. De esta idea tratan las páginas de este libro, en las que se explora el papel de la escuela y la familia, buscando mostrar parte de una realidad que permanece ‒frecuentemente‒, invisible, por no tener consecuencias rápidamente perceptibles. Es una exclusión paulatina, que se acelera con el crecimiento de las posibilidades tecnológicas y la integración de lo digital en actividades cotidianas Así, invitamos a los lectores a empaparse de esta realidad y a reflexionar sobre ella, a través de la lectura de las diferentes ponencias, talleres y comunicaciones que se desarrollaron en estas jornadas. Nuestro más sincero agradecimiento a aquellos que han hecho posible el evento: participantes, comité científico y comité organizador. Sin todos ellos no habría sido posible sacar a la palestra esta problemática y realizar propuestas que contribuyan a una educación democrática y con sentido de justicia social, favoreciendo la competencia digital del alumnado y, por lo tanto, reduciendo las brechas digitales que se abren en nuestro contexto