¿Cómo pueden las emociones favorecer una sociedad democrática más justa y estable? En tal sentido, es necesario preguntarse por el papel que han de jugar las Humanidades, para dar viabilidad y continuidad a tal proyecto. El presente artículo se centra en el análisis de dos tragedias de Sófocles, Áyax y Filoctetes. A través de sus obras, Sófocles propone una revisión crítica de la moral agonal del héroe. Es preciso desplazar la mirada desde el campo de batalla a la pólis. Por ello se necesita un nuevo ciudadano, y repensar conceptos como los de venganza, crueldad, honor, justicia, compasión. Las tragedias cumplen así una función doble: cuestionar la moral tradicional, revisando el presente, y modificar las emociones y pensamientos de los espectadores. A través de sus tragedias, Sófocles nos propondrá un humanismo cívico, donde la libertad y la responsabilidad han de ejercerse en un contexto de interacciones personales, sabiendo que es imposible tener todo bajo control. Por ello, irremediablemente surgirán conflictos trágicos, que habrá que abordar desde su complejidad, apelando a la moderación y a la prudencia, desde la plena conciencia de nuestra humana finitud y vulnerabilidad. How can emotions enable a fairer and more stable democratic society? In this sense, it is necessary to ask ourselves about the role Humanities should play, so as to provide such a project with feasibility and continuity. The present essay is focused on the analysis of two tragedies by Sophocles, Ajax and Philoctetes. All along his dramas, Sophocles poses a critical review of the agonal morality of the hero. It is necessary to move the sight from the battlefield to the pólis. Therefore, it is necessary both, a new citizen and reconsidering concepts such as revenge, cruelty, honor, justice and mercy. This way, tragedies fulfill a twofold function: they question the traditional morality, revising the present, as well as modify the audience emotions and thoughts. All along his tragedies, Sophocles will propose a civic humanism, where freedom and responsibility must be exercised in context of personal interactions, taking into account that it is impossible to keep everything under control. Hence, tragic conflicts will irretrievably arise, which should be dealt with from their complexity, appealing to restraint and caution, from the full awareness of our human finity and weakness.