González Santana, Sabrina, Herrera Suárez, Inmaculada, Batista Quevedo, Alicia, Moreno Sandoval, David, Muñoz Díaz, Encarnación, González Santana, Sabrina, Herrera Suárez, Inmaculada, Batista Quevedo, Alicia, Moreno Sandoval, David, and Muñoz Díaz, Encarnación
The WHO defines adolescence as a transitional stage that occurs between the ages of 10 and 19, and is characterized by an accelerated rate of growth and change. But it is also a time of maximum vulnerability for the de- velopment of psychopathology and mental health problems. Between 10 and 20 % of ad- olescents present mental pathology, which is not always attended to. We also know that up to 2/3 of adult psychiatric pathology has had its debut in adolescence. In adolescence, some psychiatric disorders that had not previously debuted begin to appear: affective disorders, eating disorders, psychotic disorders, suicidal behavior, dys- functional personality traits or substance use, and other disorders already present in the childhood (relationship disorders, anxiety disorders and autism spectrum). An adequate intervention is essential at this time to avoid the chronification of these disorders and the possible poor prognosis. The mental health situation in children and adolescents in the context of a pandemic has worsened, multiplying the demand for care by 2 and by 3, depending on the disorder and the level of care, assuming an important trig- gering factor for the onset and worsening of psychiatric pathology in adolescents. This is how we have seen it in the Child and Adolescent Psychiatry Service in Gran Canaria. Adolescence is a relevant window period for an adequate assessment and early intervention of psychiatric pathology, since it is a period of maximum vulnerability, but at the same time, of opportunity. It favors that the interventions are more effective, improving the prognosis of these disorders, La OMS define la adolescencia como una etapa de transición que se da entre los 10 y 19 años, y se caracteriza por un ritmo acelerado de crecimiento y de cambio. Pero también se trata de un momento de máxima vulnerabilidad para el desarrollo de psicopatología y problemas de salud mental. Entre el 10 y 20 % de los adolescentes presentan patología mental, que no siempre es atendida. Sabemos además, que hasta 2/3 de la patología adulta psiquiátrica ha tenido su debut en la adolescencia. En la adolescencia comienzan a aparecer algunos trastornos psiquiátricos que no habían debutado previamente: trastornos afectivos, de la conducta alimentaria, trastornos psicó- ticos, conducta suicida, rasgos disfuncionales de la personalidad o consumo de sustancias, y pueden agravarse o resolverse otros tras- tornos ya presentes en la infancia (trastornos vinculares, trastornos de la ansiedad y TEA). Es imprescindible una adecuada intervención en este momento para evitar la cronificación de estos trastornos y el posible mal pronóstico. La situación de la salud mental en niños y adolescentes en contexto de pandemia se ha agravado, multiplicándose la demanda de atención por 2 y por 3, en función del tras- torno y del nivel de atención, suponiendo un importante factor desencadenante para el debut y agravamiento de patología psiquiátrica en adolescentes. Así lo hemos visto en el Servicio de Psiquiatría Infanto Juvenil en Gran Canaria. La adolescencia supone un período ventana relevante para una adecuada valoración e intervención precoz de la patología psiquiá- trica, ya que es un período de máxima vulnerabilidad, pero a la vez, de oportunidad. Favorece que las intervenciones sean más efectivas, mejorando el pronóstico de dichos trastornos.