La investigación se realizó en Tamiahua, Veracruz. Con el objetivo de evaluar la erosión hídrica; Se tomaron datos sobre la pérdida de suelo cada mes. Se utilizó la técnica de clavos y rondanas en dos sitios con diferente manejo de suelo, para ello, se trazaron dos áreas con tres transectos cada uno, separados a cinco metros cada punto. Se consideró el área con diferente cubierta vegetal. Se estimó la pérdida de suelo en ambas áreas, resultando con notoria diferencia entre ellas, mostrando con ello, que, si se mantiene el suelo con cubiertas vegetales naturales o antrópicas, se evita la pérdida de suelo, que, al medirse continuamente, se incrementa esa cantidad, lo que provoca un empobrecimiento del suelo con el paso del tiempo. Se pusieron barreras de protección o contención desde inicio, con madera de tarro en forma de V, con doble propósito, el primero, para evitar la pérdida de suelo y para realizar la toma de muestra, para su análisis en el laboratorio de suelos de la Facultad de Ciencias Biológicas y Agropecuarias, donde ambas muestras resultaron con textura migajonosa (franca), con pH alcalino, también con suficiente materia orgánica. De esta forma, con la estimación de la pérdida del suelo en los sitios de los clavos y con el sedimento atrapado cerca de ellos, se demuestra que, en pendientes pronunciadas, en temporada de lluvias, existe riesgo de pérdida de suelo fértil si no se le realizan medidas preventivas de protección como barreras, incrementándose, además, si se mantiene el suelo desnudo, sin cubierta vegetal. Lo anterior, permite crear conciencia para dar un manejo adecuado a los suelos.