La enfermedad cardiovascular (ECV) se ha convertido en la causa más frecuente de muerte a nivel mundial. Diversos factores de riesgo cardiovascular (FRCV) se asocian con la aparición de ECV: hipertensión arterial, diabetes mellitus tipo 2 (DM2), obesidad, tabaquismo y dislipemia. Entre ellos, la DM2, enfermedad crónica caracterizada por hiperglucemia, implica un aumento de 2-3 veces en la mortalidad de causa cardiovascular y es considerada un equivalente de riesgo coronario. La glucemia basal alterada (GBA) es un estado prediabético, definido como la zona entre el límite superior de la glucemia basal normal y el límite inferior de la glucemia basal diabética, fijándose numéricamente en niveles de glucemia basal entre 100 y 125 mg/dl. A diferencia de la probada asociación entre ECV y DM2, los diversos estudios que han evaluado la relación entre ECV y GBA han ofrecido resultados contradictorios, con trabajos que indican aumento, no modificación o incluso reducción del riesgo cardiovascular (RCV). La escasa utilización de la monitorización ambulatoria de la presión arterial (MAPA) en estos estudios, utilizando en su lugar la presión arterial en consulta, puede ser una de las causas de dichas discrepancias. La presión arterial en consulta conlleva diversas imprecisiones en su medida, produce reacción de alerta, no permite determinar el perfil circadiano de presión arterial y no permite conocer la presión arterial verdadera del paciente. En contraposición, la MAPA se considera el método más preciso y fiable para determinar la presión arterial, para diagnosticar la hipertensión arterial y para evaluar su grado de control, siendo la técnica de medida de presión arterial que mejor se relaciona con la morbimortalidad del paciente. Objetivo: Estudiar, mediante MAPA de 24 horas, una cohorte de pacientes con normoglucemia y GBA, evaluando las diferencias en características clínicas, perfil de presión arterial y FRCV asociados y analizar el RCV de ambos grupos de pacientes. Material y métodos: Estudio transversal descriptivo observacional para valorar la influencia de la GBA sobre el RCV. Para su realización se ha utilizado el registro de MAPA de la Sociedad Española de Hipertensión/Liga Española para la Lucha contra la Hipertensión Arterial, aplicándose los siguientes criterios de inclusión y exclusión: - Criterios de inclusión: Edad ≥18 años, registro de MAPA válido, datos de glucemia basal disponibles. - Criterios de exclusión: Diagnóstico previo de diabetes mellitus, niveles de glucemia plasmática ≥126 mg/dl o tratamiento con fármacos antidiabéticos, perímetro de brazo >42 cm, presencia de arritmias que pudieran interferir con el registro de presión arterial. Se recogieron datos antropométricos (peso, talla, perímetro de cintura), analíticos (glucosa, colesterol total, colesterol HDL, colesterol LDL, triglicéridos, creatinina, albuminuria), determinación de presión arterial clínica y realización de MAPA de 24 horas (Spacelabs Medical 90207). Se recogieron además los FRCV asociados (obesidad, dislipemia, nefropatía, cardiopatía) y se realizó estratificación del RCV basándose en las guías de la European Society of Hypertension-European Society of Cardiology del año 2007. Se utilizó la prueba chi-cuadrado de Pearson para variables cualitativas y la prueba T de Student de muestras independientes para variables cuantitativas. Se realizó un análisis de regresión logística binario para valorar la influencia de la GBA en el RCV, utilizando como variable dependiente el RCV basal/medio vs alto/muy alto y como variable independiente la glucemia basal (normal vs alterada), estudiándose en un primer paso la relación directa entre RCV y glucemia basal (modelo crudo) y posteriormente se realizaron modelos de ajustes consecutivos para analizar el cambio en la odds ratio (OR) y en la significación estadística. Resultados: En comparación con los pacientes con normoglucemia, los pacientes con GBA fueron de mayor edad (60,2 vs 56 años), con mayor frecuencia varones (57,5 vs 49,5%), tuvieron mayores valores de perímetro de cintura (hombres 102,4 vs 99,2 cm; mujeres 97,2 vs 92,8 cm) y un índice de masa corporal (IMC) más elevado (29,6 vs 28,2 kg/m2). Respecto a los valores de MAPA de 24 horas, los pacientes con GBA presentaron valores mayores de presión arterial sistólica, menores de presión arterial diastólica, cifras más elevadas de presión del pulso y mayor proporción de pacientes con perfil non-dipper (51,3 vs 48,2%). La GBA se asoció con mayores niveles de colesterol total, colesterol LDL, triglicéridos, siendo los valores de colesterol HDL menores. En los pacientes con GBA la función renal estuvo más deteriorada y la microalbuminuria fue mayor (14,9 vs 11,1%). El grupo de pacientes con GBA presentó mayor prevalencia de obesidad, hipertrofia ventricular izquierda, engrosamiento carotideo, daño renal, cardiopatía isquémica, accidente cerebrovascular, insuficiencia cardíaca y enfermedad renal crónica. La estratificación de pacientes con RCV alto/muy alto fue significativamente mayor en los pacientes con GBA (45,2 vs 34,4%). El análisis de regresión logística mostró que la GBA aumenta de forma independiente el RCV, tanto en el modelo crudo (OR 1,58) como en el modelo ajustado por edad, sexo, IMC, tabaco, colesterol, triglicéridos, creatinina, lesión orgánica y enfermedad cardiovascular asociada (OR 1,22). Conclusión: La GBA, respecto a la normoglucemia, produce un aumento de riesgo en la estratificación de RCV, el cual se mantiene tras ajustar por múltiples factores confundentes (edad, sexo, parámetros analíticos, renales y cardiovasculares). Estos resultados indican que la GBA es un factor de riesgo independiente para la ECV.