Narcisa Chavez Ruiz, Carolina, Escobar Flores, Andrea Elizabeth, Ortiz Andrade, Lucy Andrea, Ulloa Vallejo, Luis Vicente, Narcisa Chavez Ruiz, Carolina, Escobar Flores, Andrea Elizabeth, Ortiz Andrade, Lucy Andrea, and Ulloa Vallejo, Luis Vicente
Opioid-free anesthesia is applied to improve the quality of postoperative recovery by reducing the consumption of post-operative opioids. This type of procedure must be planned individually for each patient, seeking to increase efficacy and minimize adverse effects, for which it is convenient to know the safety profiles of each drug. The use of Ketamine (a dissociative anesthetic that emerged in the 1960s) has allowed its application in low intra- and post-operative doses, significantly improving pain and hyperalgesia. It has also been shown that its analgesic effect in sub-anesthetic doses leads to a decrease in the psychomimetic adverse effects of the drug. Opioids have numerous side effects such as: respiratory depression, pruritus, nausea and vomiting, intestinal obstruction, constipation, urinary retention, decreased cardiac output, dizziness, short-term drowsiness and muscle rigidity, tolerance due to desensitization and immediate hyperalgesia, which may evolve to chronic pain syndrome. Opioid-free anesthesia emerged as an alternative to avoid these problems in particularly sensitive patients, the most accepted indications being obesity, obstructive sleep apnea, opioid addiction, and hyperalgesia or chronic pain syndromes. The intraoperative use of ketamine contributes to post-operative pain relief in patients undergoing laparoscopic cholecystectomy, due to its NMDA receptor blocking effect, allowing a minimal reduction in the consumption of opioids in the acute postoperative period and pain intensity up to 48 hours later of surgical aggression. A descriptive methodology was applied, with a documentary approach, that is, re-viewing sources available on the network, with timely and relevant content to respond to what is discussed in this article, La anestesia libre de opioides se aplica para mejorar la calidad de recuperación postquirúrgica reduciendo el consumo de opioides postoperatorios. Este tipo de procedimiento debe planificarse de manera individual para cada paciente, buscando aumentar la eficacia y minimizando los efectos adversos, para ello resulta conveniente conocer los perfiles de seguridad de cada fármaco. El uso de la Ketamina (anestésico disociativo surgido en los años 1960), ha permitido su aplicación en bajas dosis intra y post operatoria, mejorando de forma significativa el dolor y la hiperalgesia. También se ha evidenciado que su efecto analgésico en dosis sub-anestésica, conduce a la disminución de los efectos adversos psico-miméticos del fármaco. Los opiáceos presentan numerosos efectos secundarios como: depresión respiratoria, prurito, náuseas y vómitos, obstrucción intestinal, estreñimiento, retención urinaria, disminución del gasto cardiaco, mareos, somnolencia y rigidez muscular de corta duración, tolerancia por insensibilización e hiperalgesia inmediata, que pueden evolucionar a síndrome de dolor crónico. La anestesia libre de opioide surgió como alternativa para evitar estos problemas en pacientes especialmente sensibles, siendo las indicaciones más aceptadas de la misma la obesi-dad, la apnea obstructiva del sueño, la adicción a los opioides y los síndromes de hiperalgesia o de dolor crónico. El uso intra-operatorio de ketamina contribuye a alivio del dolor postoperatorio de pacientes sometidos a colecistectomía laparoscópica, por su efecto bloqueador de receptores NMDA, permitiendo una mínima reducción en el consumo de opioides en el postoperatorio agudo y la intensidad del dolor hasta 48 horas después de la agresión quirúrgica. Se aplicó una metodología descriptiva, con un enfoque documental, es decir, revisar fuentes disponibles en la red, con contenido oportuno y relevante para dar respuesta a lo tratado en el presente artículo.