La solidez de las habilidades socioemocionales se ha convertido en una herramienta útil relacionada con el éxito en la vida de los individuos, algunas declaraciones afirman que un nivel alto del coeficiente intelectual no asegura la asertividad al actuar o la toma de buenas decisiones, sino que debe haber un equilibro entre éste y la inteligencia socioemocional. Lo concerniente a la educación socioemocional no se puede simplificar como una mirada al interior, sino que representa una complejidad mayor, si bien lleva al sujeto al autocentrismo; la concreción individual, a descubrir su fortaleza interna, propiciar un crecimiento personal y la construcción de la identidad propia, su finalidad no es el individualismo, en cambio lo es una conciencia colectiva, en donde entran en juego competencias como: autoconocimiento, autorregulación, autonomía, empatía y colaboración. La presente investigación fue realizada en la situación pandémica provocada por el virus COVID-19, ésta persigue los objetivos de entender con más claridad el proceso de desarrollo de las habilidades socioemocionales, además de identificar los factores que impiden su adquisición, así como explicar los beneficios que el individuo puede alcanzar al fomentar estas capacidades. Se encauza por un paradigma interpretativo para analizar los fenómenos en los que se involucran los sujetos participantes; cómo interfieren ciertos factores para el desarrollo de habilidades socioemocionales. Ésta se vincula con un enfoque cualitativo, así centrarse en las experiencias de la muestra en cuestión. El proceso toma la metodología del estudio de caso debido al reducido número de alumnos que manifiestan limitantes socioemocionales. La recolección de datos se llevó a cabo mediante entrevistas, guías de observación, investigación de archivos y el registro anecdótico. Estas técnicas e instrumentos permitieron sistematizar la información obtenida para luego esquematizarlos. Se encontró que existen diferentes factores que intervienen en el desarrollo de la inteligencia emocional, como lo son los padres de familia, estilo de crianza, la intervención docente, cuestiones psicológicas, psiquiátricos o neurológicos, así como la disposición y motivación de los estudiantes. Se concluye que las habilidades socioemocionales no son innatas, sino que es necesario accionarlas, son influenciadas, limitadas o propiciadas, por la experiencia de vida particular, de igual manera no se adquieren al mismo ritmo. Otro punto relevante es la preparación docente necesaria para alcanzar una solidez socioemocional propia, con la intención de llevar a los estudiantes a aflorar la mejor versión de ellos mismos.