Fact-checking de noticias internacionales. El caso de las elecciones presidenciales de Estados Unidos de 2020

Desde que a mediados de la década de 2000 las redes sociales pasaron a formar parte del panorama informativo, su uso continuado como fuente de información periodística ha favorecido el incremento del volumen y de la velocidad a la que han ido surgiendo informaciones inexactas, erróneas o bien, directamente falsas. Las organizaciones y medios de fact-checkers que han visto la luz en los últimos años constituyen un loable intento de luchar contra la desinformación generada desde las redes sociales y también por otros actores del ecosistema informativo. Esta función asumida por los medios de comunicación social es especialmente relevante en el marco de la información de carácter político y, en particular, en el momento en que se desarrollan procesos electorales. Sin embargo, no siempre se obtienen buenos resultados. El polémico asalto al Capitolio de Estados Unidos tras el anuncio oficial de los resultados electorales de 2020 es un claro ejemplo de ello. Ese fracaso lleva a reflexionar sobre cuál es la mejor forma de hacer el trabajo, de facilitar su comprensión a la audiencia y de hacer llegar a los ciudadanos los resultados de las investigaciones practicadas por los verificadores de forma eficaz.