El k’in tajimoltik, el mono, el kaxlan y el tigre: Una mirada a la complejidad relacional en San Juan Chamula

En San Juan Chamula, municipio ubicado en la región de Los Altos del estado mexicano de Chiapas, el carnaval es concebido como una fiesta grande, pues además de realizarse de manera simultánea en diversos escenarios, congrega a un gran número de personas: tanto espectadores como cargos requeridos. Del tiempo de Carnaval, conocido en lengua tsotsil como Febrero Loko, sobresale el humor, la diversión; no obstante, una propiedad menos visible o, hasta cierto punto, oculto, cuando menos a los ojos de los visitantes, remite a tiempos primigenios, al ordenamiento del cosmos y a la creación de la humanidad. De ahí que también se conozca localmente como k’in tajimoltik, en alusión a la celebración de “nuestros mayores”. El objetivo central de esta celebración es mantener con vigencia la legitimidad de los bats’i viniketik, la última humanidad: La que sabe relacionarse socialmente con sus ancestros, sus creadores, sus kajvaltik (dueños). Según da cuenta la tradición oral, cuando Dios-Sol vivía en la Tierra fue perseguido por seres malignos - demonios, judíos, entre otros - y fue el jaguar, quien figura como su “animal compañero”, quien lo defendió cuando estos seres intentaban matarlo. De esta forma, cada vez que una persona se une a la danza del chilon , con la piel de jaguar sobre su espalda, establece un vínculo social con el jaguar de Dios y, al mismo tiempo, con Dios, entre humanos y con otros seres (no humanos). Los monos libres o kolemal maxetik son los cargos más numerosos, están asociados a la música y el baile y, por su conducta, guardan relación con las humanidades pasadas. Éstos condensan una multiplicidad de alteridades con las que el chamula se ha relacionado de manera histórica y mitológica. Sin un rumbo preciso, sin la guía de sus kajvaltik, los kolemal recorren la cabecera municipal y hacen partícipes de la danza del chilon a los turistas. Sin saberlo, el visitante, ladino, extranjero, kaxlan, grinko o alemán, se vuelve uno de los principales actores de esta re-creación cósmica: figuran como las humanidades pasadas.